sábado, 23 de julio de 2011

Las mascotas y los niños

Taíshi, nuestra consentida y guardiana de la chiqui.

Esto fue una incógnita que tuve durante el embarazo, por falta de experiencia, por opiniones encontradas y por paranoia de mamá primeriza y de amante con locura de los animales, sobretodo de Taíshi, nuestra perra, que aunque sé que está mal, la tratamos como a una especie que no existe, mitad perro mitad humano jaja...

Cuando estaba embarazada, como guardan algunos post antiguos de este blog, mi perra estaba a mi lado todo el tiempo, dormía en el medio de nuestra cama durante la noche y se sentaba en mis piernas mientras yo comía... al final del embarazo, o bueno, cerca de lo que tuvo que ser el final de mi embarazo, ya habíamos comenzado a quitarle ciertas costumbres que sabíamos podían interferir con los cuidados y seguridad de un bebé. La bajamos de la cama durante las noches, al principio fue horrible, yo sufría más que ella, la acostumbramos un poco al sonido de los juguetes, y a no ladrar casi nunca (pobre nos mira pidiendo permiso cada vez que un perro ladra afuera)...

Igual nada de eso la preparó para la llegada de una bolita de olores y sonidos que la desplazó del regazo de su mamá, y los primeros días fueron fuertes, al punto de que se ponía de cara a la pared para no ver nada de lo que pasaba cuando le acercábamos a la chiqui... pero poco a poco la ha ido aceptando y ahora ama a mími, le da besitos en los pies cuando se lo permitimos  (si mi madre supiera...) y se pone inquieta como regañándonos cuando la niña llora en su cuna y no la atendemos enseguida.

Esta confianza de dejar que le de besitos en los pies o que se le acerque a olerla la gané con las semanas, porque debo confesar que el día que trajimos a la chiqui del hospital estaba muy preocupada. La Dra nos dijo que no dejáramos a la perra estar cerca, que si teníamos un patio que la sacáramos (JÁ) y un poco de cosas más que me pintaban una película de terror de solo imaginar que me separaba de Taíshi. Sin embargo un mes después, al ver que todo iba mejor que mejor, me calmé, además me alegró inmenso que la perrita aceptara a mi niña, que tuviera esa actitud tan dulce y protectora con ella, todo lo que siempre soñé!!

Hace poco leí un artículo sobre una investigación que realizó un equipo norteamericano en el Hospital Henry Ford de Detroit, en la cual estudiaron a 600 niños, y se demostró a través de exámenes sanguíneos que los que estuvieron en contacto con perros o gatos durante el primer año de vida, no solo no tuvieron mayor riesgo de desarrollar alergias, sino que ganaron 50% más de inmunidad a las alergias hasta el inicio de la vida adulta.

Los especialistas explican que se debe a que en las casas donde hay mascotas existen mayor variedad de gérmenes, y que al estar en contacto por ejemplo, con los lamidos que a mi madre tanto aterran, se desarrollan en el bebé resistencias precoces a los microorganismos que el animal carga en la boca.

Así que la historia tuvo un final feliz, como deberían tenerlo todas, que no es por criticar ni nada, cada quien tiene derecho a hacer lo que se le antoje, pero no soporto que la gente se deshaga de sus mascotas cuando tienen un hijo, porque le va a dar alergias, porque no van a tener tiempo, o que sé yo qué excusa, como si el pobre animalito fuera un paquete. Creo que por lo menos vale la pena intentar no?...

Claro que como buena paranoica que soy, a la perra le corté el pelo bien bajito aprovechando que era primavera, lavé su cama y todas sus cosas y aspiro la casa una vez por semana, y todo va de maravilla!

1 comentario:

  1. jejeje me encantó este post. Yo tengo a mi bebé de 2 meses y tengo un gatito de 1 año y 7 meses. Al igual que tu durante mi embarazo mi gaturro era mi consentido y despues cuando di a luz llegué aterrada a la casa, con todo lo que me habian dicho de las alergias. Como buen gato nunca me hace caso cuando yo quiero jeje y no he podido quitarle la costumbre de dormir a mis pies en la cama. Pero el ha aprendido, los primeros dias le daba mucha curiosidad todo lo del bebé, el moises en el cuarto, su olor; pero él ha sido mas inteligente que nosotros, cuando estoy con el bebé en la cama el sólo se limita a su esquinita, cuando llora, el me avisa y sale corriendo, cuando siento al baby en el bouncer, soy igual que tu, dejo que le huela los piecitos y listo, ya lo saludó y se sienta a mi lado a acompañarme.

    Estoy de acuerdo que uno no debe deshacerse de sus mascotas, y mas cuando fueron nuestros primeros hijitos. Además las mascotas ayudan a que nuestros hijos aprendan a socializar y tener responsabilidad. No veo la hora que mi bebé gatee persiguiendo a nuestro gaturro jejejeje.

    Saludos,
    Patty

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Gracias por comentar y por la buena compañía ^_^

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