Lo que Mími no sabe

Ayer Mími estuvo con la nariz goteando, esperé que no pasara de ser  síntoma de un resfriado más, pero hoy ya he tenido que hacerle tres nebulizaciones. De nuevo tiene una crisis de falta de aire. Esto no me está gustando nada. 

Se ha ido a dormir finalmente, después pasar el día jugando agitada y con tos por toda la casa. 

Fuimos al parque por la mañana y volvimos a casa desesperadas por beber agua y bañarnos, hacía 40 grados hoy. 

Se pasó la mitad de la tarde huyendo de mi, porque le quería cambiar el pañal, porque quería hacerle una terapia, porque quería que se sentara un rato a ver si paraba de toser, o porque quería sacarla del sofá un segundo antes de que vomitara de tanta tos. 

Un baño relajante no fue lo suficientemente bueno para que bajara la agitación, tampoco que estuviera cansada porque no hizo siesta. Así que fueron varios los libros y las canciones  necesarias para que dejara de resistirse al sueño. 

Ya sueña, con animales seguro, que siempre que habla dormida menciona osos y jirafas. 

Mañana será otro día. Lo que ella no sabe es que cuando despierte, estará aquí su querida tía Andrea... 

Un año y medio después.