Esta semana leí que alguien publicó en su muro del facebook la siguiente pregunta: ¿Cuál es la solución contra la delincuencia? Es una pregunta que yo también me he hecho muchas veces, seguro que millones de venezolanos más también.
Lo cierto es que entre todas las respuestas que se me ocurren, la de criar a los hijos con amor, respeto y valor a la vida es la que más coherente me parece. Además está al alcance de todos, lo único que hace falta son ganas, ganas de superar traumas pasados si es que los llevamos encima, ganas de aprender a no gritar, a ver a los niños como futuros adultos, recordando que cada experiencia desde que están en el vientre les afectará como personas.
Y en ese camino, el poder de la palabra, lo que decimos y cómo lo decimos, es algo que no podemos descuidar. A veces no nos damos cuenta de que una simple frase puede causar estragos en la confianza y la autoestima de un niño.
Hoy me topé con esta página, su autora coincide con otras cosas que ya había leído en libros de autores como Rosa Jové o como en este de "Cómo hablar para que los niños escuchen. Y cómo escuchar para que los niños hablen" (este me gustó mucho por cierto) y me agradó su manera práctica de explicar las cosas, así que me tomé unos minutos de mi mañana dominical para crear esta imagen basada en lo que leí, que ilustra ejemplos de qué deberíamos decirle a nuestros hijos cuando tienen un conflicto.
La pueden compartir libremente, espero les guste:
Estoy segura de que cada mamá que cría con amor y respeto está poniendo su granito de arena para cambiar al mundo. Somos el cambio.
Lo cierto es que entre todas las respuestas que se me ocurren, la de criar a los hijos con amor, respeto y valor a la vida es la que más coherente me parece. Además está al alcance de todos, lo único que hace falta son ganas, ganas de superar traumas pasados si es que los llevamos encima, ganas de aprender a no gritar, a ver a los niños como futuros adultos, recordando que cada experiencia desde que están en el vientre les afectará como personas.
Y en ese camino, el poder de la palabra, lo que decimos y cómo lo decimos, es algo que no podemos descuidar. A veces no nos damos cuenta de que una simple frase puede causar estragos en la confianza y la autoestima de un niño.
Hoy me topé con esta página, su autora coincide con otras cosas que ya había leído en libros de autores como Rosa Jové o como en este de "Cómo hablar para que los niños escuchen. Y cómo escuchar para que los niños hablen" (este me gustó mucho por cierto) y me agradó su manera práctica de explicar las cosas, así que me tomé unos minutos de mi mañana dominical para crear esta imagen basada en lo que leí, que ilustra ejemplos de qué deberíamos decirle a nuestros hijos cuando tienen un conflicto.
La pueden compartir libremente, espero les guste:
¡¡Bravo Vero, bravo!!
ResponderEliminarCoincido plenamente contigo. Siempre, y hoy más que nunca.
En la educación está el cambio. Y no en la educación que muchos se piensan y que muchos profesan, basada en el falso respeto inculcado a través del miedo.
Lástima que todavía seamos tan pocos los que creen en el cambio a través de la crianza con respeto, amor y empatía desde el nacimiento y antes.
Un abrazote guapa!.
Comparto para mi face y mi twitter.
Es un trabajo difícil, son tantas décadas, tantas ideas erradas de lo que es "respetar", pero creo que mientras más hablemos de esto y más compartamos pensamientos más se mueven las cosas no?
EliminarUn abrazo grande
:)
Me encanta, me lo voy a imprimir. Muaka
ResponderEliminarQue buena idea 0_0 yo también!
EliminarAsí es y estoy muy de acuerdo contigo, si sembramos raíces firmes y sólidas, llenas de amor en los niños ellos florecerán para bien cuando grandes.
ResponderEliminarque interesante suena ese libro! Te invita a leerlo de un sentón!
Gracias por compartir esto. Estoy segura que cada cual podemos hacer algo desde nuestro núcleo familiar para mejorar el mundo, para la paz mundial. Empezando con uno mismo y con nuestros hijos. Besos preciosa y a Mími!