Acabo de recordar la mañana en la que llegué a la UCIN, quité la capa que protegía la incubadora de Miranda de la luz, y ahí estaba mi princesa, esperándome con una sorpresa..... estaba respirando sola! sin máquinas, sin tubos ni máscaras, dormida tranquila, relajada, qué gigantesca la alegría que sentí, qué momento tan intenso, me senté a su lado, llorando de felicidad, solo la miraba y pensaba: lo logramos! lo lograste bebé! qué grande eres...
Pensando en esto y en todas las cosas que han pasado, me acabo de dar cuenta de que hoy Miranda cumple un mes en casa, de que justo a esta hora su papá y yo dejábamos atrás la puerta de la unidad sin dejar a nuestra chiquita esperándonos hasta el otro día, era como un sueño verla bajo la luz del sol, luego en su cama por primera vez, usando las cosas que le compramos con tanto amor.
No se cuándo dejaré de pensar y recordar los momentos de la UCIN, algunos papás de prematuros dicen que nunca, que los llevas contigo siempre. Es posible que sea así, pero poco a poco Miranda va llenando mi cabeza de logros alcanzados, de alegrías y sorpresas nuevas.
Ha sido un mes lleno de noches mal dormidas, de comidas mal comidas y mamá con pinta de loca día y noche, pero también ha sido el mes en el que mi corazón ha estado más pleno y rebosante de alegría de la más pura. Cada día cada pequeño detalle me llena de satisfacción, cada elegir qué le visto, preparar su baño, los masajes, los teteros y el calorcito de su cuerpo en mi pecho, su lugar favorito para dormir.. no tiene precio.
Gracias Miranda, mi maravillosa, por quedarte aquí, por agarrarte a la vida con fuerza, por elegirme como tu mamá, por hacerme mamá!