jueves, 23 de mayo de 2013

Las dos caras. Tu, ¿cuál prefieres?


Mi marido regresó de su viaje con un par de libros en español para mi. Uno, el de la Drama Mamá, que como ya yo he leído todo el blog al final lo ha disfrutado mucho más el, el otro es uno de crianza, que según él vio, cuando lo hojeó en la librería, era como un "intermedio" entre Jové y Estivill. 

Es de la autora Ma. Luisa Ferrerós, pero eso no me dijo nada. La verdad es que el nombre del libro, apenas lo vi, me hizo tragar grueso: "Pórtate Bien"... vamos, ya me imaginé bien claro por dónde venía. Para dejarme menos dudas, veo que el prólogo es de Estivill. Igual decidí leerlo para poder criticarlo con propiedad. 

Ayer en un par de horas lo leí casi hasta la mitad, y ya no pude continuar. Más que molesta me dejó triste, triste de que una psicóloga infantil publique un libro así, triste de que millones de padres lo lean y más triste aun de que tanta gente siga viendo la crianza como un juego de control, como un "tú a mi no me dominas".

Esta autora propone básicamente un método en el cual la educación se logra al "poner límites a las conductas de nuestros hijos",  en hacer tablas donde damos pegatinas por cada conducta que queremos, e ignorarles por completo cuando realizan algo que no nos gusta, o sea, disculpen que lo diga, pero así, igual, entrenaba yo a mi perra, solo que con galletas y no con pegatinas, y sí que funcionó, hacía pis en el periódico y se sentaba cuando se lo ordenada, pero ¿es eso lo que queremos de nuestros hijos? ¿que hagan todo porque así vamos a estar contentos nosotros? 

Aquí dejo frases del libro que me desolaron: 

- "Práctico manual para enseñar buenos hábitos a los niños y proporcionar información a los padres, de forma que se sientan un poco más seguros en el momento de tomar decisiones sobre la educación de sus hijos, no siempre fáciles, ya que los niños son muy listos" ¿?¿?¿? ¿adivinen quién dijo eso en el libro? Estivill, claro.

- "Únicamente hacemos caso al niño cuando lo hace bien.. por el contrario, cuando lo hace mal, ni lo vemos ni le decimos nada. Nuestra actitud ha de ser de total indiferencia" 

-"Entre su primer y segundo año de vida, los críos son unos pequeños gamberretes dispuestos a todo para sacarnos de nuestras casillas" 

-"Los niños no nacen sabiendo, si no les enseñamos no van a comer, dormir, vestirse o ir al lavabo espontáneamente" JA!

-"El niño no se puede dormir un día en el salón, otro en la cama cama de los papás, otro en el cochecito.. No tiene que salir de la habitación" ya... 

Podría continuar, pero quiero olvidarme de esta tía, antes de reciclar su libro en manualidades, contándoles lo que propone para acabar con las pataletas: 

(Los paréntesis son míos, evidentemente)

"Llevadlo a una habitación carente de significado para el y dejarlo allí solo 5 minutos para que recapacite. Pasado ese tiempo, entramos en la habitación (o sea que ¿además está encerrado?) y le preguntamos si está dispuesto a hacer  las paces y que nosotros sabemos que lo ha hecho "sin querer" (ppfffff) Y añadir que los papás han de enseñarle lo que se puede y lo que no se puede hacer, porque le quieren mucho y quieren que (sea un robot) lo aprenda. Si continúa llorando después de este pequeño discurso  se les deja siete minutos de reloj a ver si disminuye la fuerza del llanto. Después volveremos a entrar, repitiendo el mismo discurso, hasta que consigamos que entre en razón" 

A ver, señora publicada, si dejamos solo a un niño de dos años, ¿de verdad cree que va a "reflexionar" sobre su comportamiento?  !!!NO!!! va a tener miedo, rabia, y no va a entender por qué sus padres lo dejan solo cuando más lo necesitan. Va a sentir rabia de que no lo escuchen, y si el problema es por una discusión con un hermano o amigo no creo que esto mejore la relación. 

Respecto al "discurso", o sea... ¿De verdad? un discurso es lo menos que queremos escuchar cuando tenemos esos momentos en los que gritamos y lloramos porque nos pasa algo que nos pone mal, no importa si lo que sucede es culpa nuestra o no, cuando estamos así lo que queremos es que nos conforten, que nos hagan compañía. 

No estoy de acuerdo tampoco con darle de comer o dormirle siempre en el mismo sitio a la misma hora, pienso que con eso lo que estoy es criando a un niño que va a reaccionar mal a los cambios y que le va a costar adaptarse.

Por último, señora, mi hija no es ninguna gamberra. 

Miranda el mes pasado tuvo las rabietas más grandes hasta ahora, imagino que influenciadas por su malestar físico. La levanté de la cama donde gritaba como loca a las dos de la mañana, despertando a todos los vecinos. La senté en el suelo y me quedé con ella, sosteniéndola firmemente y mirándole a los ojos y pidiéndole que respirara hasta que se calmaba, esto podía durar media hora. Yo siento rabia, porque soy humana, porque quiero dormir a esa hora y estoy cansada, y tal vez mi actitud podría se más amorosa, pero jamás encerraría a mi hija sola en una habitación, comenzando por la básica razón de que podría hacerse daño. Hizo varias rabietas en dos semanas, y la última fue monumental, tan grande que yo terminé sentada en una silla llorando, eso fue todo. Ella me miró con tristeza, se calmó y se acercó a consolarme, lloramos juntas y le pedí que por favor no se pusiera así de nuevo y hasta ahora no ha vuelto a pasar ¿coincidencia? no lo sé, pero yo creo que cuando tus hijos reciben amor infinito y confían en ti, no quieren verte mal. 

Justo ayer, luego de cerrar el libro de esta señora, recordé uno que leí antes de quedar embarazada y que tenía un consejo  muy valioso para hacer en casa cuando los padres o los hijos perdíamos la armonía, esta es la otra cara, muy valiosa si queremos que la tolerancia y la paz forme parte de nuestra familia, y de la vida de el futuro adulto que estamos criando: 

"Amar significa estar realmente presente" esto es lo que dice Thích Nhất Hạnh, que para quienes no lo conocen, es un monje budista vietnamita famoso por la práctica de la respiración consciente. Uno de los consejos en su libro "Crear la verdadera paz" es el de hacer en nuestra casa una Sala de respiración.


La Sala de respiración:

"Todas las familias deberían tener una sala o espacio tranquilo donde cada miembro se puede refugiar, puede ser una pequeña habitación, un rincón de una sala o incluso un trastero vacío.  

Es importante tener un espacio para recuperarse, para restaurar la paz y la estabilidad. La sala de respiración deberá ser un espacio donde todos tengan inmunidad, donde cualquier pueda estar tranquilo y protegido. Pueden instalarla de acuerdo a sus necesidades, no necesita ser budista, ni cristiana o judía. En esta sala pueden tener flores, almohadas y una pequeña campana. 

Invite a sus hijos y muéstreles cómo usarla, cuando usted o su pareja estén molestos o inestables, la sala estará allí para acogerles. 

Cuando alguien se refugia en esta sala, todos deben apagar el televisor y respetar las necesidades de paz y sosiego.

En la sala, practique la respiración consciente, toque la campana y sonría.

Esta es la cosa más hermosa que puede pasar en una familia, el cultivo de la paz, de la no-violencia y del amor." 

Hasta aquí lo dejo, pero me encantaría que este libro estuviera en manos de muchas más personas. En Youtube hay muchos videos de Thích Nhất Hạnh subtitulados. Es como un bálsamo escucharlo, y como madre, cuando siento que tengo la "batería baja" este tipo de consejos me devuelven la fuerza. 

Hace tiempo leí en algunos blogs de mamis, que tenían una caja con cosas que calman a sus pequeños, con libros, peluches y otras cosas para ayudarles en los momentos de las rabietas. Me pareció una idea genial y ahora que llegamos a esta etapa haremos una en casa, la colocaremos en nuestro "Rincón de respiración" que nuestra casa es pequeña y no podemos tener una sala entera. 

Aquí les dejo estas dos opciones, es evidente que la primera no va con el espíritu de nuestra familia, ya ustedes podrán decidir cuál prefieren. 


Nota: Lectura recomendada respecto al tema Tackling Distress Tantrums with Brain Research





lunes, 20 de mayo de 2013

Siesta con tiburones


Este sábado Mími y yo estábamos solas en la ciudad. Desde el jueves por la noche, entre otras cosas, confirmé que no importa si somos solo ella y yo en la cama, simplemente le gusta empujarte hasta el borde. 

El viernes vino "Pipía" y Mími casi se lanza por las escaleras cuando la vio, feliz y emocionada, jugaron sin parar por tres horas mientras yo cocinaba sin prisa y con música como en los viejos tiempos. La despedimos en la puerta y en menos de 20 minutos Mími dormía la siesta. Se despertó antes de las 3pm, aun quedaba mucha tarde así que la llevé a la biblioteca. El regreso a casa en el tranvía desbordado de turistas fue una pesadilla. 

El sábado iba a llover así que no se me ocurría un lugar divertido para visitar. Hasta que pensé una brillante idea: El Oceanário 

Vestir a Mími fue un drama, esperar el autobús que llegó con más de media hora de retraso fue otro, pero el destino valía la pena, el Oceanário es tal vez mi lugar favorito de Lisboa. 

Llegamos, llevé a Mími a merendar en el bonito café antes de entrar y luego ¡a ver los peces!

Esta es la tercera visita de Mími, y esta vez está más enterada de las cosas y su reacción fue diferente. Solo al entrar, cuando escuchó el sonido ambiente del sitio corrió hacia mi y se estrelló contra el lente de mi cámara. Luego vio unos peces pequeños y se calmó.


Primero vimos pájaros, pingüinos y mis adoradas nutrias y estaba encantada, pero cada vez que pasábamos frente al tanque central se ponía muy tensa, y si aparecía algún tiburón o alguna de las rayas enormes que hay en el lugar ya se escondía detrás de mi y decía que tenía "tusto"


Fuimos recorriendo todo el sitio evitando lo que le asustaba más, y cuando llegamos al a zona de juegos de la mascota del Oceanário le ofrecí un bibe mientras veíamos un video de conservación de los océanos. Para mi sorpresa y alegría, se quedó dormida, y pude hacer algo que desde la primera vez que estuve en Lisboa había querido hacer: quedarme una hora entera contemplando las increíbles especies del tanque. 




Mími se despertó de buen humor. Fuimos a comer juntas y además comió, yo estaba emocionada, que día más lindo. 

Pasamos por una feria de libros y Mími se topó de frente con uno sobre un osito que aprende a usar el baño, le había gustado el viernes cuando se lo  leí en la biblioteca. Lo trajimos a casa y luego de leerlo se puso a jugar con su potty y terminó regalándome un gran pis, yo no lo podía creer.. 

Nos fuimos a la cama, le leí dos libros, cuando pensé que ya se iba a dormir me pidió "oto libo" cerramos como siempre con Peter Rabbit y por primera vez se quedó dormida mientras le leía. 

Hoy es otro lindo día, arreglamos las plantas del balcón y el papá ya están en casa. 


viernes, 17 de mayo de 2013

Mundo de tamaños y colores


"Ete e verde" dice Mími señalando uno de los bloques de la torre que construye el conejito del libro que le leo. 

Verrde, atul, amaeo, gojo. Si la ayudo un poco se le suman: banco, nero y moraro. Mími ha comenzado a ponerle nombre a los colores que la rodean. 

Hace un par de meses le compré un libro de los colores en la feria al lado de casa. Con imágenes reales y no dibujos, así los prefiero cuando el objetivo es más educativo que recreativo. Hace dos semanas comencé a decirle el nombre de los colores en voz alta y a pedirle que los señalara. Hace una semana le señalé yo un objeto y le pregunté qué color era, la respuesta: atul. Mi sonrisa no me cabía en la cara. 

Desde que aprendió la diferencia entre grande y pequeño va señalándolo en todo lo que ve: Peyo chitito, quiño ande (porquinho, puerquito es portugués) y así con todo. 

Es muy emocionante ver a una persona con tantas ganas de aprender, con los ojos iluminados cuando le confirmas que dijo algo correcto. 

La lectura definitivamente es un tesoro, cada día amo más leerle libros, aunque confieso que a veces siento que mi garganta no da más, cuando me pide que le lea el Gruffalo por cuarta vez seguida, o el libro de turno que trajimos de la biblioteca después de que su padre se lo ha leído dos veces seguidas. Ya dice "teca" por cierto. 

Por cierto que ahora mismo tengo un relevo, su querida amiga "Pipía" está en casa y la escucho cómo le lee el libro del panda que no puede dormir que trajimos de la biblioteca esta semana y que devolvemos un poco más desgastado, perdí la cuenta de las veces que lo hemos leído su padre y yo. 

Lo  maravilloso es que con cada libro, con cada lectura, aprende cosas nuevas, palabras nuevas, expresiones nuevas, colores, adjetivos. Es mágico. 

También está aprendiendo los números, aunque siempre que cuenta ignora el uno. Cuando leemos y hay varios objetos o personas agrupados, comienza a contarlos. 

Es una etapa muy emocionante esta. Recuerdo cuando estaba muy pequeña y yo tenía mucha melancolía de que creciera tan rápido, y muchas mamás me decían que lo que venía también era especial. Tenían razón, esta etapa es increíble. 

Ya se siente mejor, ya no se queja, salió de la cama y no para de jugar. Lástima que esté tan frío y llueva afuera, tenemos que quedarnos encerradas en casa un día más. 




miércoles, 15 de mayo de 2013

Y ahora, Otitis

Anoche los tres dormimos como osos, apenas me levanté a las 2am cuando Mími me pidió biberón con una sonrisa, no me costó nada levantarme después de ver esa cara. 

Luego volví a despertar cerca de las 8am un poco asustada por haberme dormido tan profundo sin saber si Mími respiraba bien o si tenía fiebre. Estaba a mi lado, dormida profundo, abrazando a su papá por la espalda. Nada de fiebre, ni pitos extraños en la respiración. 

9am y sigo en la cama, hacía muchos días que esto no pasaba. Mími se levanta un poco perdida, creo que ni ella se puede creer todo lo que durmió. Me pide "tete" y me levanto a servirle un biberón de "leche" de avena. Me demoro un poco y me sorprende mi sol impaciente por su bibe, se lo doy y me suelta la palabra que más dice por estos días "pallá" que quiere decir: vamos para allá. 

Me lleva de la mano a su habitación y me pide que me siente con ella a jugar. Aun no he vaciado mi vejiga ni me he cepillado, pero les juro que nadie se resiste a esa manita señalando el espacio a su lado en la alfombra. Me siento hasta que papá me releva.

La mañana va bien. Le hago la nebulización a Mími y a Mickey y no escucho ni media queja. El Ipad también ayudó. 

Cerca de las 11am Mími comienza a ponerse un poco más con "cara de malestar" y se queja, no quiere que la deje ni un instante, y yo que estaba aprovechando la mejoría para reordenar de nuevo su habitación. 

Me voy con ella a la cama a ver un video y noto que se está tocando el oído derecho. El mismo que la pediatra de urgencias vio rojo y que la otorrino vio normal. Mento madre. 

Una hora después era más que evidente que le dolía el oído. Creo que ya entendió lo que es dolor, porque cuando le pregunté si le dolía algo lentamente y sin pensarlo se llevo la mano al oído. 

Corremos al médico de familia, no hace falta examinarla mucho para ver lo evidente. Tiene Otitis y necesita antibióticos. 

Mími con un poco de fiebre, malestar y mucho sueño canta susurrando adormilada mientras la llevo en la mochila. Yo tengo ganas de llorar, no puedo creer que cuando ya estaba mejor ahora pasa esto. Pero no, ella no está llorando, se siente mal y se porta como una guerrera, ahí voy yo con ella. 

Nunca se había enfermado así, de tantas cosas en tan poco tiempo. Tres semanas de llantos, malestar y medicamentos. 

Nos estábamos pensando mandarla a la escuela a final de año, pero si este es el "estándar" para quienes tienen a sus niños en la guarde, me lo vuelvo a pensar varias veces. 




lunes, 13 de mayo de 2013

Crisis respiratoria


Finalmente los padres hemos superado el virus que nos tenía mal, y poco a poco íbamos comenzando a dormir mejor los tres, pero el sábado Mími comenzó con una tos muy fea por la tarde, le dimos un jarabe homeopático antes de dormir y esperamos a ver si mejoraba. 

El domingo nos levantamos y nos fuimos a urgencias, de nuevo, como hace aproximadamente un mes, notamos que estaba respirando con dificultad. Se le marcan las costillas, se le hace un hueco por la clavícula y tiene esos pitidos y crujidos que nos vuelven locas a las madres. 

De nuevo era una crisis. La mandaron a los "aerosoles" para nebulizarla (términos nuevos para mi) y enseguida se sintió mejor. El Dr. esperaba que necesitase más de una dosis pero afortunadamente no fue así. Volvimos a casa con instrucciones de comprar una máquina para hacer el tratamiento en casa. 

Hoy amaneció cansada, apenas durmió, así que volvimos a urgencias. Tuvimos suerte de que nos tocara una de las doctoras que la conocen de los intensivos.Más máscara y nebulizar con tratamiento, radiografía y otorrino para descartar otitis y Mími solo llorar y llorar cansada. 

Parece que es un virus (tal vez el mismo que teníamos los padres?¿) sin embargo la doctora ha mandado la orden para que la revise el "imunoalergologista" para descartar alergias, porque es un poco raro que haya tenido una segunda crisis en tan poco tiempo si nunca las había sufrido. 

El médico de ayer me explicaba que el problema no es si es un virus o una alergia, que lo que pasa es que Mími por ser prematura tiene los bronquios más débiles y pueden pasar estas cosas, pero que así tengan que medicarla por un tiempo normalmente entre los 3 y los 5 años mejoran. 

Cuando me dicen esas cosas yo siento que están hablando con alguien más, me cuesta ver a Mími como alguien que tenga algo "débil" o "más sensible" porque yo pienso que casi ni se enferma, que es fuerte, sana y perfecta. 

Ahora tiene un poco de fiebre, lo que me hace inclinarme más por la opción del virus. Aunque tenemos que tomar en cuenta que su padres es asmático. 

Lo cierto es que aquí vamos. Sacando fuerzas de cualquier sonrisa de la chiqui, de escucharle cualquiera de esas palabras en diminutivo  de herencia venezolana que ya ha comenzado a decir, porque es que por más agotada que estés, escucharle decir: "peyito chitito" (entiéndase: perrito chiquito) me da un subidón de energía que me hace rendir un par de horas más. Y cuando levanta la cabeza para decir que el bote de la basura es "amailo"  se le suma otro par.. y así aguantas el día entero cuidándole con amor después de haber dormido menos de la mitad de la noche.

En este momento duerme, descansa para que su cuerpo se encargue de lo importante ahora, aniquilar el virus. Ya veremos con qué humor se despierta, espero no tener que romper el detox de Tv que ya cumple hoy una semana y que me está gustando mucho. 




domingo, 12 de mayo de 2013

Perdón


Hoy día de las madres en muchas partes del mundo, quiero pedir perdón.

Muchas veces criticamos las decisiones que otras mujeres toman, las cosas que hacen o cómo las hacen, es algo que hacemos mucho, y muy común cuando por primera vez nos convertimos en madre. 

Reconozco que me cuesta no quejarme cuando veo cosas que me incomodan o con las que no estoy de acuerdo, algunas "tontas" como a una mamá que lleva a su hijo incómodo en una mochila no anatómica, otras que me revienta, como cuando veo a una mamá avergonzar a sus hijo delante de los demás, o que mucho menos soporto ver que le peguen a un niño. 

Pero cuando esa molestia, que a veces es rabia, pasa, y mi mente se aclara, puedo ver que la maternidad no es un camino fácil, que es aun más difícil que el camino que ya llevábamos como personas antes de que además la educación y el cuidado de otro ser humano dependiera de nosotras. Pienso también que no sé cómo ha sido la vida de esa persona, si ha tenido un día difícil y no ha sabido cómo manejar una situación,  incluso si ha sido maltratada o abusada y ahora no sabe cómo romper el círculo.

Hay muchas mujeres que se ofenderían si te acercas a ellas y les comentas por qué su niño va mal posicionado si lo portea de cierta forma, pero también hay otras que en vez de sentirse atacadas te agradecerán que se los hayas dicho. 

El otro tema aun me cuesta comprenderlo, pero hay mujeres que han sido educadas pensando que un buen golpe "a tiempo" evita malos ratos futuros, y que una palmada no hace daño. Yo creo que cualquier cosa que te haga sentir maltratada, humillada o imposibilitada de expresar lo que sientes o piensas, es un maltrato. 

Con los años he aprendido a aceptar que cada quien tiene que vivir ciertas cosas, que no vale que le muestres algo que tu ya has aprendido, y he entendido que cada quien tiene un camino diferente que recorrer, para llegar quizás a un destino parecido. 

Quiero pedirle perdón a cualquier madre o mujer que alguna vez se haya sentido atacada u ofendida con mis opiniones y mis puntos de vista. Espero que hayan sabido ver que lo importante es sentir que están haciendo  lo mejor que pueden, que estén satisfechas consigo mismas, y que sus hijos sean felices y ustedes también. Que estén en paz.

Todas somos diferentes, pero con algo muy importante en común, somos mujeres, madres, para todas: que la vida sea amable y que el amor y la compasión no se nos acabe nunca. 






martes, 7 de mayo de 2013

Visanne. Fin


Desde que escribí sobre mi tratamiento con Visanne para la endometriosis ha llegado muchas visitas al blog por dicho post, a veces hasta se ubica entre los más leídos. Por eso he querido hacer un resumen de estos tres meses tomando el tratamiento. 

El dolor se fue, estuve casi tres meses sin dolor de endometriosis, levantando pesas, haciendo clases de cardio  y de zumba, llevando a Mími en la mochila sin molestias y sentándome, acostándome, levantándome, estornudando, tosiendo y riendo sin dolorosas consecuencias. 

A los dos días de terminar el "tratamiento" comenzaron las molestias, igual que como las había dejado el primer día de pastillas, fue simplemente como si quitaran el botón de pausa. Lo cual me parece ridículo.  estas pastillas solo disfrazan la realidad. 

Es verdad que cuando estás desesperado de lidiar con un dolor como este puedes estar tentado de hacer cualquier cosa que te ayude, pero por lo menos yo, no las tomo más. 

Los efectos secundarios que tuve con estas hormonas fueron los de convertirme en una esposa de hielo y una madre menos paciente. Y esto para mi, no vale la pena. 

Llevo varios días con dolor intenso, cada vez que tengo que toser a causa del virus molesto que se instaló en casa, es horrible, busco posiciones estratégicas, pero que va, duele muchísimo. Cuando me río, que falta me hace en estos días, tengo que hacerlo contenida, estirando la cara hacia arriba para que la vibración en el abdomen no me torture. 

La endometriosis es una mierda. 

En la próxima cita con la ginecóloga le pediré marcar una cirugía para limpiarme, me da un poco de miedo la operación, voy a detestar tener dos cicatrices en el vientre y voy a temer que la endo vuelva a aparecer, pero es lo que necesito, no puedo seguir viviendo en stand by esperando a ver si mañana me siento mejor.

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lunes, 6 de mayo de 2013

28 meses


Ayer con lo del día de las madres, los virus y las saudades, olvidé que también era el cumple mes No. 28 de mi pequenita. 

Este mes ha sido emocionante, lo que ha estado pasando relacionado con el lenguaje, la lógica y los razonamientos en la cabeza de Mími ha disparado una necesidad en casa de mudar cosas, de cambiar rutinas y estrategias para adaptarnos a la nueva realidad. 

Le gusta la nutella, pero no le gustan las panquecas, así que primero se divierte untándola y luego le va quitando el chocolate como puede, sin comérsela.

Estas semanas también han sido estresante, porque Mími ha tenido unas crisis de llanto histérico durante la noche o al amanecer la última semana y media, y es terrible verla en ese estado. Me pongo nerviosa,  me desespero, trato de calmarla, no se calma, grita más, se despiertan los vecinos, me frustro. 

No sé qué pasa. El virus que tenemos es bastante molesto ¿será eso? hoy le apareció la tos, espero que se termine de largar pronto. Aunque durante estos días hubo tres noches en las que dormimos perfectamente, pero los últimos dos días de nuevo hemos tenido episodios. Parece que no quisiera dormir, a pesar de que es evidente que tiene sueño y que está cansada, comienza a pedir cosas como ir a otra habitación de la casa o ir a ver tele, y cuando escucha que no se puede viene el desastre. Llora a gritos, con los ojos perdidos, no escucha. Después de aproximadamente 30 min se va calmando, suspiros y ahogos por 10 minutos, hasta que se acuesta quejándose y se duerme. Todo esto dura una hora y media.


Lo de la tele me tiene harta. Los últimos meses he dejado que vea demasiada tele, y creo que se ha vuelto algo muy fuerte. Hoy al despertarme la desconecté, le puse un trapo encima y escondí los controles. Cuando me la pidió, le dije que se había dañado, la vestí y nos fuimos a la calle para que pensara en otra cosa. 

Le encantan las fresas, esta temporada hemos comprado muchísimas.

Tuvimos un primer acercamiento al "potty" aunque aun no comenzamos la "operación pañal" seriamente. He estado familiarizándole  con términos relacionados a este nuevo proceso y hemos instalado ya el orinal en el baño. Ella una sola vez ha hecho pis en el, por pura casualidad, ni se enteró casi, pero igual le hicimos una celebración que la dejó toda orgullosa. 

En la consulta de control de la semana pasada nos fue bien, aunque el doctor después de que le comenté que Mími aun tomaba mucha leche nos pidió análisis de sangre para ver que todo esté en orden, ya que el opina que los niños que a esta edad comen poco y beben mucha leche de vaca pueden estar con falta de algún nutriente. Al fin nos tocó un pediatra que no ve las "grandes bondades" de la leche de vaca. 

Así que Mími tuvo su primer pinchazo después de muchísimo tiempo. Lloró horrible, claro, y cuando terminó  la tortura preguntó sollozando por Pocoyó, y a mi que casi lloro también, que me lleven las hormigas... También le hicieron un examen de orina, no sabía yo eso del saquito que les pegan por allá abajo para tomar la muestra, ella lo odió, caminaba como una vaquera, estuve media hora usando todos mis recursos para distraerla y que se quedara tranquila y de pie, para que el saquito no se moviera y tuviéramos que empezar de nuevo. Cuando le revisé y ya estaba "listo" grite de alivio.. nunca me había contentado tanto que hiciera pipí.

Mañana vamos de nuevo al hospital a encontrarnos con el pediatra para ver los resultados de los exámenes, aprovecharé para hablar de los llantos nocturnos. 



Ayer, hizo algo increíble que yo me tome la libertad de elegir como mi regalo del día de las madres. Estaba concentrada pintando, como pasa mucho tiempo ahora, y cuando terminó, se acercó, nos mostró el dibujo y nos dijo "Clap! clap! clap"" que es como ella llama al cocodrilo. Miren el dibujo... aluciné.  

domingo, 5 de mayo de 2013

Quiero a mi mamá


Desde ayer sabía que el día de hoy no sería rosas y pasteles. Aunque aun tengo dolor de garganta y malestar, ya estoy mejor del virus, pero justo por la tarde, cuando volvíamos de llevar a Mími a escoger sus primeras braguita, su padre se comenzó a sentir mal, con los mismos síntomas con los que yo comencé. 

Hoy Mími me despertó con un ataque de llanto histérico a las 6.30am no hubo manera de calmarle, de nuevo despertó a los vecinos. Me levanté a las 7am y me fui al sofá con ella a ver los fatigosos videos de "catillo" (Tours Disney París) que ahora quiere ver todo el tiempo. Me quedé dormida mientras ella se sentaba a mi lado, pero me despertaba de un manotazo cada vez que aparecía algo emocionante para ella y no quería que yo me lo perdiera. 

A las 8am me levanté del sofá a lavar los platos sucios del día anterior, a las 9am fui a ver que mi marido estuviera respirando. A las 10am nos sentamos a comer las panquecas con maple que nos preparó. 

En medio de todo, leí un mensaje que me dejó una mamá venezolana, destrozada porque tiene que irse del país con su bebé y no sabe de dónde va a sacar fuerzas para dejar a su mamá y al resto de su familia. No pude evitar llorar, Mími me mira preocupada, se me acerca y me abraza calladita. La abrazo con fuerza, nada es más importante que tenerla a mi lado.  

Mími y su padre todo enfermo se sientan a sembrar albahacas y cebollín mientras yo voy al súper a comprar pañales. 

Cuando voy subiendo me topo con una señora que viene bajando, de falda colorida, sandalias y sonriendo mientras mira a unos pajaritos que cantan en la calle. Y ya no puedo evitar llorar. Me recordó tanto a mi madre. Extraño a mi mamá, extraño su calidez, su presencia, sus faldas y sus sandalias. 

De repente ya no me importa que el día sea pesado, que estoy cansada, que los dolores de la endometriosis volvieron y que estamos enfermos, yo solo quiero a mi mamá, que me haga una sopa y que juegue con Mími mientras me hace efecto el paracetamol, que me llene de remedios naturales mágicos que no me parecen muy coherentes pero que son tan bien intencionados que curan, que no puedo rechazarlos. 

Cuando pensaba en el futuro, en mi vida de adulta, jamás me imaginé que estaría lejos de mi familia, de mi madre, es el sacrificio más grande que he hecho en mi vida, y lo odio. 

Hace un año que no nos vemos, y a pesar de que estamos casi cada día en el skype, necesito su presencia. Espero que la vida sea más noble, y que no falte mucho para que volvamos a vernos..

Hoy quiero a mi mamá para darle un abrazo y una tarjeta escrita con mi letra fea. 


jueves, 2 de mayo de 2013

Fiebre de amor

Estoy enferma, el primero de mayo fuimos a un parque muy lindo de Lisboa  para que Mími montara su bici y jugara en un playground diferente al de siempre. A la vuelta me comencé a sentir mal. 

Anoche me dormí con fiebre, soñando/alucinando con uno de los temas sobre el cual he estado leyendo últimamente: materiales Montessori,  y sobre el espacio de escuela en casa que quiero hacerle a Mími, eran demasiado repetitivas las imágenes, fue agotador. Me desperté quejándome en la cama de Mími, la dejé a ella con su padre, no sé si este virus es el que le estuvo molestando el fin de semana o si lo traje yo a casa, y aunque es difícil, intento no contagiarla. 

Hoy vino la niñera un par de horas, en las que me hizo efecto el paracetamol y pude escribir un par de artículos, luego me comencé a sentir realmente mal, con temblores y pinchazos por todo el cuerpo. Y aquí viene lo que me mata de amor...

Mími ha pasado todo el día "sola" por casa, su papá súper ocupado en su ofi y yo tumbada en la cama con la manta hasta la barbilla, y se ha portado excelente. Se va a sentar en el sofá a ver Pocoyó, ve un libro o pinta con pinturas líquidas, no hace desastre y además cuando se siente solita trae todos los implementos y los instala en el suelo al lado de mi cama para hacerme compañía. 

Se sienta a mi lado, me da "petitos" en la frente y trae a su Mickey y a Panda para que me toquen la frente a ver si tengo fiebre. Se va a buscar juego nuevo y la veo pasar por el pasillo, caminando lentamente y con la actitud de quien no tiene nada que hacer pero quiere hacer algo. 

No quiso dormir siesta, yo me rendí a su lado y ella estuvo un buen rato acompañándome, hasta que la escuché en la puerta de la ofi de su papá diciendo con ese tono suavecito e interrogador que me derrite ¿Papaaa? entró reclamar un poco de atención, y galletas.  

Ha estado jugando por toda la casa, ahora mismo acabo de escuchar cómo tiraba los juguetes que guardamos en la sala por el suelo, todo un estruendo, su papá me dice que no me asuste, que está jugando tranquila. Unos minutos después lo escucho enternecido, pregunto ¿qué hizo?... todo estaba de vuelta a su sitio, Mími recogió todo sin que nadie se lo pidiera. A mi se me mojan los ojos de amor. 

Mañana espero estar perfecta. Pasar el día entero en la cama me desespera, aunque ahora sé que tengo una cuidadora adorable. 


755 días después, nos atrevimos


El martes 30 de abril en esta casa ocurrió un acontecimiento muy importante. 755 días después de Mími haber llegado a casa, finalmente la hemos dejado bajo el cuidado de alguien más. 

Mími se quedó por primera vez sin ninguno sus padres. Y me alegra mucho decir que nos fue muy bien. 

Mími está encantada con su "Pipía", la chica que viene una vez por semana a jugar con ella en casa. Fui probando, saliendo al mercado y dejándola con ella mientras papá trabajaba encerrado en su oficina, ni un llanto, nada, solo Mími en la puerta diciéndome chao rápidamente para irse a jugar con ella. 

Un par de meses después, me sentí preparada para dejarla con su amiga. 

Así que me fui a hacer una de las cosas que no había hecho hace más de dos años y que extrañaba mucho: Ir al cine. 

Salimos de casa su padre y yo, apurados para llegar a tiempo a la función, con  la sensación de que se nos quedaba algo. Y nos reíamos pensando que claro que se nos quedaba algo, además de a Mími, no llevábamos la leche, los pañales, el carrito, la mochila, el peluche de turno, los juguetes por si se aburre, etc... abrí mi cartera y me reía de verla tan vacía, de nuevo volví a salir de casa con solo la billetera, el teléfono y las llaves. 

En el cine, salí a mitad de la película para llamar a casa. Mími lloró un poco cuando la chica atendió el teléfono (eso me lo hace a mi también) pero esperé y se le pasó enseguida. Cuando salimos de la película íbamos corriendo como locos para llegar a casa, y la encontramos encantada haciendo torres gigantes, y lo mejor de todo: bañada, con la pijama puesta y lista para irse a la camita. 

Yo estaba eufórica de contenta. Mi niña confía en nosotros, y me alegra que hayamos podido esperar hasta ahora, que ya está preparada, para dejarla con otra persona sin dramas. También estoy súper contenta de haber encontrado a alguien que nos de una mano, y de poder salir por lo menos una vez al mes a sentarme en un café a bajarme una tetera entera mientras leo un libro, sin apuros y tranquila de saber que además Mími está en casa divirtiéndose.  
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