lunes, 26 de diciembre de 2011

Navidad Bipolar

Hemos vuelto! 

Qué locura de fin de semana. lLo resumo lo mejor que pueda para explicar por qué le llamo de "bipolar" a nuestras fiestas navideñas:


:(  Nos despertamos a las 8am el tren salía a las 9.30am. Vestir a la niña, darle la papilla, vestirnos, correr entre la neblina F#*% llegó el invierno! de dónde salió este frío?, nos deja el treeeen! correeeeee!


:) Llegamos a tiempo!

:( No hay lugares juntos y para el día que necesitamos regresar hay huelga.. que la parió... 

:) Conseguimos un tren seguro de vuelta. Una chica nos cambia el puesto y nos podemos sentar juntos. Miranda duerme casi todo el camino y cuando se despierta vamos contentos viendo el paisaje.


:( Llegamos y la estación de buses ya no queda al lado de la estación de trenes sino en el otro extremo del centro de la ciudad. Las mochilas pesan mucho, tenemos hambre y hay que caminar. Mamá se pone modo amargada.


:) Comemos y luego nos sentamos al sol a tomarnos algo, alimentar a las palomas con la chiqui y a reirnos.

:( El autobús ahora cuesta el triple. Luego no aparecen taxis en la estación de buses del pueblo que nos lleven a la casa.

:) Llegamos.



:( Hace muchísimo frío, a mamá le duele la cabeza a reventar. 

:) Vamos a cenar a un restaurante con la familia.

:( Mími se "hace cocó" hasta las medias. Tengo que cambiarla dentro del carro, sin espacio, con frío y con los ojos casi cerrados del dolor de cabeza. Lloramos las dos.

:) El 24 amanece lindo, paseamos por el campo con la chiqui y estamos flipando. Cenamos rico, vemos a la familia, nos vamos a dormir tranquilos.

:( El 25 Mími estuvo inquieta todo el camino de regreso. Papá tiene que cambiarle el pañal en el tren, grita, salta, vomita a mamá. Se duerme justo cuando llegamos a la estación y hay que bajar más equipaje que gente.

:) Llegamos a casa y sigue dormida, aprovecho y coloco los regalos en el árbol, se despierta y somos muy felices!!!  Nuestra primera navidad, el primer "santa" de la pequeñita!! el año que viene tal vez nos quedamos en casa y ordenamos pizzas :D !!!!

viernes, 23 de diciembre de 2011

Lindas Fiestas para todos!


Felices fiestas para todos, cualquiera que sean sus costumbres o creencias, deseamos que tengan unos días lindos con amigos o familia.

Un abrazo!

martes, 20 de diciembre de 2011

Tostadas con avena y bananas


Desayuno especial para los sábados, día en el cual contamos por más tiempo con los brazos de papá para que mamá pueda preparar con calma un desayuno diferente a solo papilla..

Ingredientes:
Tostadas o un pan bien tostado ( yo usé tostadas para bebé de la marca Holle, orgánicas y con poca sal)
Media banana madura
3 onzas de avena preparada con la leche del bebé

Preparación: 
Licuar o triturar la banana junto con la avena lista y colocar la mezcla sobre la tostada para humedecerla. En un sartén bien caliente colocar una cucharadita de mantequilla hasta derretirse, luego dorar con cuidado las tostadas por dos minutos. Listo!

Las mías nunca resisten romperse cuando las volteo, pero a Mími no le importa :D

lunes, 19 de diciembre de 2011

Shhh no molestar

Las cosas que una madre hace por tener 20 minutos de descanso..


Papá subió los dos pisos de escaleras con la silla del carrito y su alteza ni se enteró... siguió durmiendo muy cómoda media hora más...

viernes, 16 de diciembre de 2011

Fisioterapia


Vamos llegando de fisioterapia, y salí muy feliz con mi pequeñita "5 estrellas" !!

Así me dijo la terapeuta que estaba: "Menina 5 estrelas".. apenas llegamos ella le puso una mesita de juegos a Mími en el suelo y la peque se fue hasta la mesa gateando y al llegar se agarró y se puso de pie apoyándose.. sí! ya se pone de pie con apoyo!!!! qué gran avance hemos tenido. 

Le hizo algunas evaluaciones de equilibrio ante la cara de desconcierto de mi chiqui, que no entendía por qué su amiga terapeuta la estaba empujando para todos lados a ver si conseguía tumbarla jijii.. Le dio pequeñas cuentecitas para evaluar la motricidad fina, cosa que Mími ha estado entrenando cuando come los pedazitos de comida que le colocamos en la sillita de comer, también intentamos que apilara unos juguetes pero terminamos riéndonos por abusadoras, que ya queríamos que la bebé hiciera de todo! 

También me recomendó el tipo de zapatos que debíamos comprar, con refuerzo en el talón, que le cubran el tobillo y que tengan abultadito en la zona del arco, para ayudar a formárselo. Espero que se entienda esta explicación, pero si alguna mami quiere saber con más detalle me avisa y le paso algunos ejemplos. 

Bueno, cada una de estas habilidades que vamos logrando son señales de buena función cerebral, por eso es que me alivian tanto. Ahora Mími está más avanzada de lo que debería estar para su edad corregida, que hoy son 8 meses exactos, y está acorde a su edad real: 11 meses. No marcamos una próxima terapia!!! ya veremos si hacen falta más adelante. 

Mamá feliiiiiiizzzzzzzzzzz!!!! que ahora mismo se va corriendo porque la chiqui está destruyendo el arbolito de navidad. 




jueves, 15 de diciembre de 2011

Y el reflujo se fue sin decir adiós!


Y es que nunca tuvo buenas maneras. Abusador, inoportuno,atrevido.... una joya pues. 

Casi un años después el reflujo de Mími ha desaparecido. Fue totalmente repentino, un día estoy diciéndole a uno de sus médicos que ya estoy harta, que no  mejora ni un poco, y una semana exacta después me doy cuenta de que tengo dos días sin limpiar leche devuelta del suelo.

Ya va más de una semana y los baberos dejaron de ser más importantes que la leche cuando salimos a la calle.

Solo una madre de niño con reflujo sabe el alivio que esto representa. Un año casi... cambiándola de ropa tantas veces al día, cambiar sábanas,  limpiar el suelo de casa y ajeno, el carrito, mi ropa, mis zapatos, los de los amigos.. ustedes nombren.

Y nada de eso es peor que la molestia que ella sentía. Los riesgos de líquidos perdidos por las vías respiratorias y las otitis. El ganar peso tan despacio, no poder comer ciertas cosas. Tomar el biberón casi sentada, dormir inclinada los primeros meses.. y lo que más me daba miedo: apenas por causa del reflujo.

Todo acabó! Ya  la puedo sacudir de cabeza que la leche y la sopa se quedan adentro jajajaja..

Una cosa menos de que preocuparnos. Qué alivio!!

A todas las mamás de niños con reflujo: yo no veía fin, enserio, pero sí que lo hay.


miércoles, 14 de diciembre de 2011

El desarrollo del bebé. El Lenguaje


Esta es la última parte del documental Baby Human que me faltaba. Y lo recordé justo a tiempo porque Mími está en un momento clave del aprendizaje de los idiomas. 

Es increíble cómo los niños comienzan a aprender su lengua materna desde el vientre. Y cómo reaccionan al idioma de su madre o a otros diferentes. 

Recomiendo este documental sobretodo para las mamis que viven en países donde se habla una lengua distinta a la suya. O a las que simplemente quieren criar niños bilingües, ya que existen momentos en los que el cerebro del niño estás más receptivo. 

Pueden ver  el video aquí 

lunes, 12 de diciembre de 2011

Cupcakes de Oreo





Esta es una receta para las mamis. Para consentirse un poco y llenarse de calorías energía!!!

Ingredientes:
1 paquete de galletas Oreo
1 paquete de mezcla para bizcocho de chocolate (y los ingredientes para prepararlo)
8 onzas de queso crema
8 cucharadas de mantequilla (temperatura ambiente)
4 tazas de azúcar pulverizada
1 cucharadita de vainilla
Moldes para los cupcakes (Bandeja para muffins  o moldes de silicona  + molde de papel)


1. Precalentar el horno según lo indicado en la caja de la mezcla para bizcocho.

2. Preparar la mezcla para bizcocho según las instrucciones.






3. Colocar una galleta oreo en el fondo de cada molde.





 
4. Colocar una o dos cucharadas de mezcla en cada moldecito (no llenarlos hasta arriba) y llevar al horno.





5. Batir la mantequilla y el queso crema. Agregar la vainilla y luego el azúcar lentamente hasta disolver.



6. Agregar algunas galletas  oreo trituradas a la crema.







7. Cuando los cupcakes estén totalmente fríos, decorar con la crema!!!





    Listo! es más fácil aun de lo que parece y quedan deeeeliciosos! 





    viernes, 9 de diciembre de 2011

    Sentimientos de culpa

    Supongo que le pasa a muchas madres, a mi me pasa a veces, y no me preocupo demasiado, pero me gusta buscar maneras de recompensar las cosas en las que he fallado o que he podido hacer mejor.

    El más tonto sentimiento de culpa que siento es el de no sacarla de paseo tanto como debería. Me acompaña fuera de casa 3 o 4 veces en toda la semana, de resto y por lo que queda de invierno y sus virus horrorosos, nos quedamos en casa. La pobre se debe cansar de verme la cara porque apenas aparece el padre le brillan los ojos y da brinquitos sentada...

    Me siento horrible cuando la dejo ver tele. Pero es lo único que la hipnotiza cuando tengo que tender la cama, hacerme un té o  cortarle las uñas.

    Siento tristeza cuando pienso en que no pude amamantarla. Pienso que si hubiese tenido mejor orientación y más empeño desde el principio, hubiese podido hacerlo por lo menos un par de meses más. Tres meses después de haber nacido, cuando finalmente pudo alimentarse sin la vía directa al estómago, ya yo no tenía leche. Tal vez no usé la bomba todas las veces que debí. La Dra. me dijo que los nervios y el estrés no me ayudaron.

    También,  ahora la veo largos minutos cuando se duerme por la noche, y me siento tan mal de no haber pasado los días enteros con ella cuando su casa era la incubadora. Me siento mal de haber sentido hambre, cansancio, todo. Recuerdo cuando la acostaba dentro y le colocaba la capa para taparle la luz y me asomaba por un ladito de la tela  y ahí estaba ella.. con los ojazos abiertos mirando cada rincón de la cajita de cristal que la protegía, yo le decía que se durmiera! que mamá se tenía que ir a almorzar pero que después venía papá. Nada.. se sentía y se siente horrible.

    Y por último, me siento horrible cuando le regaño. Porque sé que es un bebé, que todo lo que hace lo hace porque está aprendiendo, que no hay ni una pizca de mala intención en sus acciones. Pero somos humanos, egoístas y violentos por naturaleza, y normalmente reaccionamos mal cuando nos sentimos atacados de alguna forma, llámese que nos interrumpan el sueño o que no nos dejen comer... así que varias veces se me escapa un NO! o peor un SSSHHHHH! que le hacen abrir los ojos como si le estuviera insultado.

    Bueno, aquí dejo estos sentimientos, para que se exorcicen :) 

    Mími es mi mejor maestra zen, mi gurú, mi lama.

    Increíble como me  inspira a ser mejor persona cada día. 

    11 meses


    Bueno, con tanta cosa pasando se me había olvidado el post de los 11 meses de mi corazóncito. 

    El 5  de este mes nuestra Mími o Mímu, Mimuchi, Mimurri, Minnie o cualquiera de los sobrenombres cariñosos por los que la llamamos, cumplió 11 meses. De edad corregida va por los 7 meses. 

    Esos 7 meses, que son en realidad la edad en la que nos basamos para evaluar su desarrollo, me da la impresión de que es la etapa en la que definitivamente dejamos de tener una pequeña bebé en casa!.. 

    La chiqui está temperamental, exigente y curiosa, muuuy curiosa. 

    Ayer desordenó su habitación por primera vez, qué ternura! jaja supongo que mas o menos por la cuarta o quinta pierde lo tierno... lo cierto es que regó una bolsa de pañales, su cesto de la ropa sucia y una cesta de juguetes.. y yo de boca abierta viendo la habilidad con que hacía todo... 

    Está apunto de levantarse con apoyo, ya lo hace si le doy las manos y la ayudo a hacer el esfuerzo. Gatea por toda la casa y me sigue mientras pongo un poco de orden. Pide comida de la mesa con miradas y gritos, que debo acotar son de los que exigen respirar profundo y contar hasta 10 para no devolvérselos. 

    Es muy sensible, igual que los papás, y cuando le dices que no! o cualquier cosa con firmeza, hace ojitos de cordero y un puchero que te hacen sentir que eres una desalmada malévola. Ya su padre dijo que será el peor padre del mundo, pero que no puede verla hacer eso. 

    Con la comida ahí vamos... no ha aumentado mucho de peso y no come en grandes cantidades, eso sí la fruta y el pan no los perdona. Pero bueno, no me quejo. Espero que el doc tampoco. 

    Ah! y no quiero cantar victoria, pero hace una semana que el reflujo ha casi desaparecido.. shhhh... lo dejo hasta aquí, pero estoy esperanzada.

    Así que vamos creciendo! y los papis enamorados...

    miércoles, 7 de diciembre de 2011

    Estilo Mamá


    Cualquiera que sea madre estoy segura de que puede imaginarse bien de qué va esto con solo leer el título..

    Estoy de nuevo en la etapa de aceptar que no puedo tener todo bajo control, cuido de la familia, la casa, cocinar, lavar, ordenar (planchar jamás!) y siempre de todo eso hay algo que tiene que quedar por fuera para poder conservar la sanidad mental, y ese algo siempre soy yo... o bueno, mi apariencia mejor dicho. 

    Y es que cuando en mi apuro rutinario paso por un espejo y me veo, no sé si reír o llorar, generalmente me limito a pasarme la mano por la cabeza para llevar algunos pelos a su sitio y sigo en lo que estaba..

    Hoy salí al supermercado con la pequeñita, empujando el carrito con una mano y cargando la cesta de la compra con la otra, toda una aventura. 

    Una mujer de cabellos rojos,  leggins verdes y estilo "sin estilo y apurada" como el mío, me miraba atenta. "Esta debe ser mamá y le recuerdo a sus inicios" pensaba yo mientras le quitaba una caja de galletas a Mími de la boca. Luego otra nos pasó por un lado, nos sonrió y le hizo caras a  la chiqui, tenía dos cosas en común conmigo: llevaba comida de bebé y estaba despeinada y ojerosa. 

    Cuando llegué a casa y me quité los pantalones me di cuenta de que estaban todos manchados de papilla. ¿Y el abrigo? pues es ahí donde Mími apunta cuando la ataca el reflujo, así que se lo pueden imaginar... 

    Y ahora voy a decir algo que espero no me cause enemigas : p , pero es que después del embarazo he quedado muy flaca... no sé si es por comer tan apurada siempre, porque las cantidades son las mismas, o porque levanto a mi oruguita del suelo tantas veces al día, empujo el carrito  por toda la ciudad, o todo eso  junto, pero no consigo aumentar los 4 kilos que me faltan para estar como hace un par de años. 

    Total: muydelgada+ojeras+despeinada+ropasucia = look mamá vero 2011

    Pero eso sí: Mími es puro estilo!!! jaja... 


    martes, 6 de diciembre de 2011

    Milagros de la Maternidad



    Primero que todo quería decirles Gracias!!!!, por todos los mensajes que recibí ayer luego de publicar el relato de mi parto, por todo el cariño y lo acompañada que me siento sabiendo que ustedes están allí y me leen. Un gran abrazo a todos.

    Aquí les dejo una fotografía para que sonrían en vez de llorar. Mamá Grinch al final el fin de semana estaba demasiado contenta con el primer arbolito de esta familia!..  sí, las cosas cambian..

    Estuve más de una hora parada frente a los adornos navideños y los pinos de plástico sin poder decidirme.. hasta que me di una vuelta por la parte de jardinería y encontré este pino de verdad,  eso fue todo! ahí estaba nuestro primer pinito! con una vida que va más allá de unas fiestas, con vida!

    Llegamos a casa, le coloqué algunos adornos que antes iban pasando por el control de calidad de la boca de Mími y ya está! 10 minutos después nuestro árbol estaba listo. Tal vez le ponga algún papel lindo al vaso de la planta, pero lo más probable es que se quedé como está jaja...

    Ahora solo faltan los regalos de la pequeñita debajo!!!!

    lunes, 5 de diciembre de 2011

    Mi Parto a las 25 semanas (Tercera y última parte)

    Nuestra "boxeadora" a pocas horas de nacer, tomando sol en pleno invierno..


    Me desperté después de dormir por minutos interrumpidos por mis ganas de orinar o por el ruido de las enfermeras cuidando a las demás pacientes. Me sacaron dos muestras de sangre y me dejaron en ayuno, no sabían si tenían que subirme a quirófano en cualquier momento. 

    De repente entraron 4 doctoras a mi cubículo. Habló mi "Doctora favorita". Me dijo: "Verónica mañana tenemos que sacar a la niña". Yo comencé a llorar desconsolada, no me importó nada, no podía parar de llorar. Escuché entre mi llanto cuando la cirujana le dijó: ¿Llamamos apoyo de psiquiatría? Mi Dra le respondió que no. 

    Me calmé un poco. Ella me dijo: ¿Pero qué esperabas? yo le respondí con toda mi inocencia y sinceridad que esperaba poder estar así de reposo por lo menos hasta la semana 27. Ella muy dulce me dijo que no. Que era un riesgo para ambas seguir esperando, la niña podía quedarse sin líquido y no darnos cuenta. Y que ella quería que fuese operada por los especialistas que estaban alrededor de mi cama en ese momento. 

    La cirujana me levantó la bata y empezaron a analizar la manera en la que me abrirían. Me preguntaron si estaba consciente de que lo más probable era que perdiera el útero, les dije que sí. Luego me dijeron que tratarían de salvar a la niña, pero que estaba muy difícil, porque era muy frágil y la maniobra que tenían que hacer para sacarla de entre los miomas podía ser fatal. Llorando les dije que no, que me cortaran toda si era necesario, pero que salvaran a mi hija. Mi Dra. me agarró la mano, me  secaba las lágrimas, me dijo mirando a la cirujana que harían todo lo posible.

    Firmé un papel donde dejaba constancia de saber que podía perder el útero, morir desangrada, perder a mi bebé, morirme por infección, y varias cosas más que me hicieron reírme entre lágrimas. El médico joven que me pidió la firma me miraba incómodo. 

    Llamé a mi marido, le di la noticia. En realidad solo le dije, "Amor, es ya" el pobre casi sale corriendo..

    La chica de la cama de al lado, en reposo con mellizas, se me acercó para calmarme un poco, y para decirme que todo iba a estar bien.

    Una hora después me bajaron para hacerme una ecografía. Calcularon que el feto pesaba 700 gramos. Tenía ya algunos movimientos respiratorios que emocionaron a mi Dra. ella le decía a la cirujana: ¡Viste! ya hasta puede respirar un poco..

    Esa noche mi hermana y Fla trataron de calmarme. Ya no los vería hasta después de salir del quirófano. Veía la angustia en sus ojos. Yo estaba vuelta una bola de nervios, por mi niña, por mi vida. 

    Dormí poco. Abrazada a mi barriga por última vez. Miranda debía sentir mis nervios porque finalmente la sentí moverse de nuevo. No paraba. Yo le hablé, le dije que lamentablemente tenía que nacer ya. Que la barriga de mamá se había dañado pero que estaban preparando una para que terminara de crecer calentita. Le expliqué cómo se respiraba. Le rogué que luchara. "Tu conmigo y yo contigo bebé".

    El día 5 de enero del 2011, (Hoy hace exactamente 11 meses), en una mañana helada, a las 6am dos enfermeras me dieron un baño en la cama, me rasuraron y me desearon buena suerte.

    A las 9am me subían a quirófano. Me recibió una anestesista alarmada porque aun no tenía mi historia clínica. Me hizo varias preguntas y mandó a callar a todos los más de 10 médicos que habían en el lugar. Les dijo que necesitaba concentrarse para ponerme una epidural, que se olvidaran de que me iba a colocar anestesia general desde el principio (ya el cirujano tenía el bisturí en la mano), porque afectaría a la pequeña. Yo le dije que si, que tenía razón y  firmé un papel que ella me acercó. 

    A mi lado un enfermero que ya había conocido me decía que el recibiría a la niña. Lo vi encendiendo la lámpara calefactora de una incubadora de transporte enorme. En ese momento la realidad se hizo más evidente que nunca.. estaba teniendo a mi hija. Mi maternidad se encuentra comunicada por un túnel con el edificio del hospital de niños donde mi hija estuvo internada. Uno de los mejores de Europa en relación a atención a los prematuros.

    Me sentaron para colocarme la epidural. Demasiado delgada y débil, sudaba y temblaba. Mientras tanto dos enfermeras me hacían vías nuevas en las manos, porque las antiguas en los brazos no estaban funcionando muy bien. Por mis nervios me pinchaban pero no encontraban las venas. Se disculpaban, me preguntaban si me dolía mucho, yo les respondía que en menos de 5 minutos me iban a abrir de lado a lado así que dos agujitas eran lo de menos.. 

    Llegó mi Dra., entró a la sala y yo le sonreí. Ella me hizo un saludo a través del tapaboca bajando la cabeza. 

    Otras doctoras que me habían atendido en las urgencias, a lo largo del embarazo, estaban también. La primera que me mandó a casa con " Incontinencia" fue una de las que participó directamente en la cesárea, los demás estaban como observadores. 

    Con la epidural puesta  me acostaron en la camilla. Tenía el típico terror de que empezaran a abrirme sin haber hecho efecto la droga. La anestesista me calmó poniendo una gasa con agua fría en mi barriga para que viese que ya no sentía nada. Dio la orden de comenzar y se quedó a mi lado, sostenía mi cabeza y me narraba lo que iba sucediendo, otras enfermeras me agarraban cada una de las manos. Yo las apretaba con mucha fuerza, porque cuando comenzaron a buscar a la bebita dentro del útero, tenían que moverme bruscamente. 

    Me pidieron que me relajara un poco, que estaba muy tensa. Yo veía el reflejo distorsionado de mi interior en la lámpara del quirófano, sentía como me cortaban por dentro sin que me doliera, sentía las manos buscando espacio para sacar a Miranda de ese desastre, y vi algo largo salir, como un cordón umbilical; comencé a recitar un mantra para calmarme cuando la angustia me llegó al máximo. En ese mismo momento la anestesista me dijo que iba a ponerme  un poco de oxígeno. Inspira. Out.

    11:02, Miranda nació. Índice de Apgar muy pobre, la reanimaron, la intubaron y se la llevaron a los intensivos. Su padre casi se desmaya cuando la vio salir, diminuta, perdida en medio de una enorme incubadora. 

    A las 13.30 abrí los ojos de nuevo. Una enfermera estaba a mi lado: ¿Y mi hija? fue lo primero que pregunté. Se  la llevaron a los servicios neonatales, no sé más nada, me contestó. Yo tenía una nueva transfusión de sangre y una de plasma conectada en las venas. 

    Vino mi Dra. ¿Me quitaron el útero? Sí. Ok... tuve miedo de preguntar más.

    Levanté la manta que me cubría. Vi mi barriga plana. Quería  saber si estaba produciendo leche, no sabía cómo funcionaba eso a las 25 semanas de gestación. Me apreté un pezón y salieron unas gotas. 

    A las 3pm me sacaron de recuperación del quirófano. Encontré a mi Fla esperando por mi en la puerta. Me miró con tanto amor. Me mostró la primera imagen de nuestra hija. Una "boxeadora" rojita, llena de tubos por todas partes. Estaba viva. Ya éramos padres. No sabía qué iba a pasar. No quería pensar demasiado. Le pregunté ¿Por qué es tan negrita? el me sonrió y me dijo que era por la bilirrubina, pero que ya le habían puesto  una lámpara especial. Nos agarramos las manos con fuerza, nos miramos sin decir nada hasta que nos separaron para llevarme a otra sala.

    Me llevaron a recuperación de partos. Estaba rodeada de mujeres que acababan de dar a luz. Ahora amamantaban a sus bebés y yo no quería ni mirar. Estaba monitorizada por varias máquinas y harta.

    Escuchaba que en los pasillos hablaban de una bebé que tuvo que nacer a las 25 semanas porque la mamá tenía muchos miomas. Tenía terror de lo que podían decir.

    Cuando salía de recuperación, una dra. que jamás volví a ver me dijo: " Tu hija está bien, es una luchadora" con una sonrisa en la cara que no se imaginan cómo me llegó al alma, la enfermera que me llevaba me dijo: ¿Ves? ¡alégrate! el corazón me latía a mil. 

    No pude ver de nuevo a mi marido, no vi a mi hermana y menos a mi hija. Me subieron a mi cuarto casi a  medianoche. Las enfermeras de ginecología se alegraron mucho de verme de vuelta, pero no tanto como para complacerme con la pizza a domicilio que les pedí. 

    Una enfermera se me acercó y me entregó un papel que guardo como un tesoro, era de mi querido Fla. Decía: "Amor, estuve con Miranda un ratote  largo, está bien y los dres dicen que todo va fino. Ahora voy a darle las buenas noches y me voy a casa. Te amo, fuiste una gran chica hoy".

    "Estuve con Miranda un ratote largo". Eso sonaba a gloria para mi. "Los Dres. dicen que va todo fino". Mi corazón se llenó de tanta alegría que casi explota, el optimismo nunca se fue de mi lado desde entonces.  "Voy a darle las buenas noches"... mi vida soñada, mis dos amores. 

    Ese fue el primer día de nuestras vidas juntos. 

    No conocí a mi hija hasta el día siguiente. No la tuve en mis brazos hasta 18 días después.





    sábado, 3 de diciembre de 2011

    Mi parto a las 25 semanas (2da parte)



    El primer día del año 2011 lo pasé inmóvil en una cama en el hospital, no podía levantarme por nada (ni para ir al baño claro)...  y  las enfermeras me dieron un baño con esponjas por la mañana. 

    Debido al reposo absoluto, yo era un pequeño desastre. Meses sin peinarme bien, mi cabello era un nido de pájaros por estar acostada 24 horas el día..  sin sacarme las cejas,  pensaba que ya bastante dolor pasaba todos los días por los miomas como para estar con dolorcitos por estupideces. Y debido al reposo absoluto había perdido la masa muscular. 

    Era como el cuerpo de una niña desnutrida con una barriga enorme y pechos de vaca lechera. Las enfermeras no me creían que comía normal. Todas venían a preguntarme qué me provocaba comer, y revisaban los platos antes de que se los llevaran para ver si comía algo. 

    Ese día me pasaron a otra habitación, compartida con tres mujeres más. Yo lo que menos quería en ese momento era socializar. 

    Mi hermana se estaba subiendo a un avión en Venezuela para venir a acompañarme. 

    Tenía dos vías conectadas, una en cada brazo, y constantemente tenían que hacérmelas nuevas porque dejaban de funcionar. Por una me mantenían hidratada, para ayudar además a generar más líquido amniótico, por la otra me llenaban de antibióticos, ya que el mayor riesgo en el caso de rotura de bolsa es que la madre y el bebé se contaminen.

    Todas las mañanas en ayuna me sacaban una o dos muestras de sangre para evaluar los indicadores de infección. Terminé con los brazos llenos  de verdes y morados. 

    El abundante líquido que me suministraban y la falta de espacio en mi vientre, me hacían querer orinar cada 15 minutos, en serio, lo juro, cada 15 minutos. La chica que me traía el artefacto ese para hacer pis acostada (no me acuerdo del nombre y no me quiero acordar) era un sol, cada 15 minutos ya venía sin necesidad de que la llamara. Por las noches le pedía que me dejara dos al lado de la cama. Cada vez que orinaba sentía además como perdía líquido amniótico, ya reconocía el olor.

    El 2  de enero llegó mi hermana. La única persona de mi familia que me vio embarazada. La única que conoce a mi hija hasta ahora. Apenas le pudo tocar un pie un día a través de las ventanas de la incubadora antes de devolverse a Venezuela dos meses después. 

    Por la noche me llevaron a la sala de ecografías, la Dra. de guardia conocía mi caso, me atendió un día que llegué a urgencias sin poder mover la pierna izquierda a causa del dolor. Le dije que estaba sintiendo muchas contracciones. 

    Miranda aun tenía líquido, pero por las contracciones a ellas les preocupaba que me pusiera de parto. Querían que todo fuera lo más planificado posible, dentro de lo que cabía en la situación. Me tenían las contracciones vigiladas y me dieron a tomar magnesio para calmarlas. 

    El lunes 3 de enero vino a verme la primera doctora que atendió mi caso, de la consulta de infertilidad.  La que encontró a Mími en mi panza por primera vez y la única que me dijo: " Tal vez salga todo bien".. estaba muy preocupada. Yo sabía que estaban haciendo lo mejor que podían. Me sentí tan cuidada, tan en buenas manos cuando ella apareció.

    Me dijo que la hemoglobina me había bajado a 8. Casi me desmayo. Tres semanas antes la tenía en 13. Me hicieron una transfusión de sangre al día siguiente. 

    Luego vino una nutricionista. Me interrogó y fue evidente que estaba ahí por el asunto de la "anorexia".. le dije que me dejaran en paz, que yo estaba perfectamente bien. Me mandó una leche  proteica que las enfermeras me traían con galletitas por la mañana y antes de dormir en la noche. Se me hizo un vicio, me la consintieron los 9 días que estuve internada

    Mientras esto pasaba, mi querido esposo contó lo que sucedía a nuestros amigos y familiares, les pidió que nos tuvieran en su mente, que nos enviaran toda la buena energía posible.. la mayoría ni sabían que estábamos embarazados. Fueron increíbles. Nunca sentí tanto amor junto, tantas buenas  intenciones, tanta fuerza. Esa compañía fue muy importante en este camino. 

    Mi hermana me contó que había traído muchas cosas para Miranda, incluso un moisés para que durmiera los primeros meses. Cuando se fue, lloré con Flavio, le dije que no quería ver las cosas, que por favor no trajeran nada, que tenía miedo, que nunca había sentido tanto temor en mi vida. El me dijo que dejara el miedo, que todo iba a salir bien. 

    Ya tenía 25 semanas y 2 días. 




    viernes, 2 de diciembre de 2011

    Mi parto a las 25 semanas (1ra parte)



    El jueves 30 de diciembre me ingresaron en la Maternidad Alfredo D´Acosta de Lisboa. Tenía  24 semanas y 5 días de embarazo. Había estado perdiendo líquido por más de una semana. 

    Cuando me dieron la noticia me acostaron en una cama y me llevaron a un cuarto en el pasillo donde las mujeres daban a luz, podía escucharlas gritar unos minutos, luego se callaban y un bebé lloraba. Así pasaron varias..

    Mientras tanto yo no podía parar de temblar de miedo en la cama. Un enfermero entró y me inyectó en la nalga corticoides para madurar los pulmones de mi hija. Podía nacer en cualquier momento. Vomité. 

    A las 24 semanas muchos bebés no sobreviven. Es el límite. Incluso yo había leído que legalmente los médicos no estaban obligados a reanimar un bebé nacido con menos de 25 semanas. Eso no se salía de mi mente. 

    Pasaron unas horas y ya era viernes 31 de diciembre, el último día del año 2010. Un año hermoso. 

    Dejaron entrar a mi esposo. Se dormía en una silla a mi lado cuando me fijé que eran las 3am. Le pedí que se fuera a casa, necesitaba que descansara porque no sabíamos qué iba a suceder. 

    A las 6am entraron no menos de 5 médicos a la habitación. Venía un equipo de ginecólogos y de neonatólogos. Los médicos hablaban entre ellos como si yo no estuviese allí. No conocía a ninguno, esta no era la maternidad donde era seguida. Una neonatóloga se me acercó y me dijo al oído que me calmara, que si mi hija tenía que nacer ya tenían todo preparado. Todo era como una película. (Y sin subtítulos).

    Afuera en el pasillo los escuché como discutían que solo  les quedaba un lugar en los intensivos neonatales, que me llevaran al hospital que me correspondía, uno entró y me preguntó por qué estaba en esa maternidad y no en la mía, le grité que ¡no me creían! que allí me enviaron dos veces a casa con incontinencia.. se fueron. 

    20 minutos luego entró una enfermera y me dio un pan y un yogurt. Me dijo que comiera, que en 15 minutos una ambulancia me iba a trasladar a mi maternidad, el Hospital Dona Estefánia. 

    Yo sentía terror, después de sentirme como en casa con tanto seguimiento a  mi embarazo, las últimas veces las Dras. de guardia en urgencias me habían hecho sentir como si me atendiera el Dr. de Rosmary Woodhouse, de "La Semilla del Diablo".

    Me suben a una ambulancia, con sumo cuidado, no querían que hiciera el menor esfuerzo. Apenas me movía sentía el líquido salir. Pocas cuadras después llegamos a mi maternidad. Me llevan enseguida a la sala de ecografía.

    En urgencias estaba una Dra. muy  mayor, que se puso como histérica cuando llegué, porque "andaba paseando en la otra maternidad sin necesidad de ello" y peor quedó cuando la ecografista dijo: "Pero el bebé tiene líquido".. la sra. me agarró bruscamente y me abrió las piernas para hacerme un tacto, al momento que me decía: "¡Sabes que con esto no se juega!".. cuando vio el líquido salir se disculpó y confirmó que efectivamente el saco estaba roto. 

    Yo ni me alteré, no valía la pena. Le respondí que ya sabía.. hacía varios días. Yo solo quería saber qué iba a suceder.

    La ecografista, una profesional excelente, había seguido mi embarazo desde el principio. Dos meses antes de mi embarazo, fue ella quien me dijo que lamentablemente no todas las mujeres podían tener hijos, y que en mi caso ella pensaba que lo mejor para cuidar mi vida era sacarme el útero. Luego había quedado impresionada cuando vio a mi pequeñita de 5 semanas saltando en mi vientre, ella fue la que dijo el chiste de que los espermatozoides de mi marido debían ser alpinistas para haber llegado tan lejos.. Miranda se logró anidar en un rincón de mi enorme y jodido útero que estaba justo debajo de mi costilla derecha. 

    Confirmaron que el saco estaba roto, pero que la niña tenía líquido aun. Y que estaba tranquila. 

    Me subieron a hospitalización. Un enfermera me llevó a mi lugar y con mirada compasiva me dijo: "Um dia de cada vez"... perdí un poco la valentía y se me mojó la cara de lágrimas.

    Me colocaron una segunda dosis de corticoides para los pulmones de mi bebé. Y las enfermeras me interrogaron acerca de mi delgadez, pensaban que era anoréxica. Quedaron peor luego de que no me comiera el almuerzo... estaba demasiado nerviosa, y además era hígado, ¿Qué esperaban?

    No habían muchos médicos de guardia. Por los momentos solo tenía que esperar. Yo imaginaba que podía pasar semanas así. tenía la ilusión de llegar por lo menos a la 27. 

    Mi marido vino, no recuerdo nada, no sé qué hablamos. Se fue porque se acabó la hora de visitas y recibí el 2011 viendo las noticias, sola. Por primera vez en mi vida. Solo Miranda me acompañaba en la barriga, pero por la falta de líquido ya no la sentía moverse... 

    Una enfermera entró a la habitación con un pedazo de pastel de chocolate para mi, me abrazó (¡Sí! me abrazó.. ) y me dijo que el 2011 iba a ser un buen año para mi, a pesar de las dificultades. Yo le creí con todo el corazón.





    jueves, 1 de diciembre de 2011

    Primer año del blog!!!


    Mi blog está cumpliendo un año hoy! 

    El día que lo comencé, lo hice porque necesitaba poner orden en mi cabeza, en mis pensamientos. Estaba embarazada y muy pocas personas lo sabían..

    Tenía mucho miedo, ya había perdido mi primer embarazo, en el cual me daban esperanzas, en este no me daban ninguna. Así que viví con el temor, los dolores, los nervios y la ilusión, bien guardados en el fondo del corazón. Calladita. 

    Muchas de las personas que siguen mi blog desde el principio se enteraron de mi embarazo antes que amigos, vecinos y algunos familiares. 

    No tenía idea de donde iba a estar un año después. Estoy aquí, con mi hija al lado, que me mira con cara de eh! termina de acostarte!.. Pero hasta ahora hay algo que no he hecho y que necesito contar: Los últimos días con barriga. Los días ingresada y mi parto a las 25 semanas.

    Lo contaré en varias partes, porque son muchas cosas..

    Estaba de alto riesgo por miomas múltiples que podían causarme un aborto en cualquier momento, contando con ansias cada semana que pasaba para que mi bebé lograra sobrevivir. 

    Yo sabía que mi barriga no aguantaba hasta unas 37 semanas. Al contrario de la gran mayoría de madres de prematuros, yo sí sabía que mi hija iba a nacer antes de tiempo, pero nada me preparó para que ocurriese en la semana 25.

    Me ingresaron cuando aun tenía 24. 

    Lo peor es que después de un embarazo de terror, finalmente veía luz. No podía levantarme de la cama, pero por lo menos ya no sentía tantos dolores, ya no necesitaba tomar calmantes, y lo mejor de todo: Mi pequeña se movía, me pateaba, nos comunicábamos. Al fin podía saber que seguía conmigo sin tener que correr a las urgencias del hospital. Que además no fueron menos de 15 en 5 meses. 

    Por esa tranquilidad yo me quedé más relajada.  Hasta comencé  a soñar con un parto a las 34 semanas mínimo.

    Un día, en mi obsesión por estar preparada, compré en Amazon un libro sobre prematuros . En esa altura me desperté una noche sorprendida porque pensé que me había hecho pis dormida. Fui a urgencias para  confirmar que no fuese líquido amniótico, y la Dra. de guardia me mandó a casa con incontinencia causada por el peso del útero. 

    Unos días después llegó el libro que había pedido. Mientras lo leía comencé a ponerme nerviosa, y seguía perdiendo ese líquido que no me dejaba relajarme. Me vestí enseguida y regresamos al hospital. De nuevo me dicen que es incontinencia, aunque esta vez la dra llama a una colega para confirmar; dudaba, podía verlo en sus ojos, y eso ya me dejó peor.

    Regreso a casa muy triste, me sentía desamparada, aterrada. Agarro mis cosas de nuevo y le digo a mi marido: Nos vamos a otra maternidad!... yo sé que esto no es incontinencia. Llamamos un taxi y nos fuimos, temblé de nervios todo el camino.

    Afuera estaba helado y llovía. Yo además ya había comenzado a perder un poco más de líquido y tenía los pantalones mojados.

    Cuando la Dra de guardia en la otra maternidad me examinó, no tuvo que hacer mucho... apenas revisó un poco me dijo: Levántate, quítate el anillo y los pendientes, ponte esta batita linda y trata de relajarte, que te quedas ingresada con nosotros..... 

    Mi reacción? incredulidad... cuando mi marido entró, lo único que yo repetía en voz baja era "no puede ser.. no lo puedo creer.. esto es demasiado injusto, apenas tengo 24 semanas.... por lo menos 3 semanas más por favor... "

    Mi parto a las 25 semanas (1ra parte)
    Mi parto a las 25 semanas (2da parte)
    Mi parto a las 25 semanas (3ra y última parte)

                                                                                    ...........








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