Mi marido regresó de su viaje con un par de libros en español para mi. Uno, el de la Drama Mamá, que como ya yo he leído todo el blog al final lo ha disfrutado mucho más el, el otro es uno de crianza, que según él vio, cuando lo hojeó en la librería, era como un "intermedio" entre Jové y Estivill.
Es de la autora Ma. Luisa Ferrerós, pero eso no me dijo nada. La verdad es que el nombre del libro, apenas lo vi, me hizo tragar grueso: "Pórtate Bien"... vamos, ya me imaginé bien claro por dónde venía. Para dejarme menos dudas, veo que el prólogo es de Estivill. Igual decidí leerlo para poder criticarlo con propiedad.
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Esta autora propone básicamente un método en el cual la educación se logra al "poner límites a las conductas de nuestros hijos", en hacer tablas donde damos pegatinas por cada conducta que queremos, e ignorarles por completo cuando realizan algo que no nos gusta, o sea, disculpen que lo diga, pero así, igual, entrenaba yo a mi perra, solo que con galletas y no con pegatinas, y sí que funcionó, hacía pis en el periódico y se sentaba cuando se lo ordenada, pero ¿es eso lo que queremos de nuestros hijos? ¿que hagan todo porque así vamos a estar contentos nosotros?
Aquí dejo frases del libro que me desolaron:
- "Práctico manual para enseñar buenos hábitos a los niños y proporcionar información a los padres, de forma que se sientan un poco más seguros en el momento de tomar decisiones sobre la educación de sus hijos, no siempre fáciles, ya que los niños son muy listos" ¿?¿?¿? ¿adivinen quién dijo eso en el libro? Estivill, claro.
- "Únicamente hacemos caso al niño cuando lo hace bien.. por el contrario, cuando lo hace mal, ni lo vemos ni le decimos nada. Nuestra actitud ha de ser de total indiferencia"
-"Entre su primer y segundo año de vida, los críos son unos pequeños gamberretes dispuestos a todo para sacarnos de nuestras casillas"
-"Los niños no nacen sabiendo, si no les enseñamos no van a comer, dormir, vestirse o ir al lavabo espontáneamente" JA!
-"El niño no se puede dormir un día en el salón, otro en la cama cama de los papás, otro en el cochecito.. No tiene que salir de la habitación" ya...
Podría continuar, pero quiero olvidarme de esta tía, antes de reciclar su libro en manualidades, contándoles lo que propone para acabar con las pataletas:
(Los paréntesis son míos, evidentemente)
"Llevadlo a una habitación carente de significado para el y dejarlo allí solo 5 minutos para que recapacite. Pasado ese tiempo, entramos en la habitación (o sea que ¿además está encerrado?) y le preguntamos si está dispuesto a hacer las paces y que nosotros sabemos que lo ha hecho "sin querer" (ppfffff) Y añadir que los papás han de enseñarle lo que se puede y lo que no se puede hacer, porque le quieren mucho y quieren que (sea un robot) lo aprenda. Si continúa llorando después de este pequeño discurso se les deja siete minutos de reloj a ver si disminuye la fuerza del llanto. Después volveremos a entrar, repitiendo el mismo discurso, hasta que consigamos que entre en razón"
A ver, señora publicada, si dejamos solo a un niño de dos años, ¿de verdad cree que va a "reflexionar" sobre su comportamiento? !!!NO!!! va a tener miedo, rabia, y no va a entender por qué sus padres lo dejan solo cuando más lo necesitan. Va a sentir rabia de que no lo escuchen, y si el problema es por una discusión con un hermano o amigo no creo que esto mejore la relación.
Respecto al "discurso", o sea... ¿De verdad? un discurso es lo menos que queremos escuchar cuando tenemos esos momentos en los que gritamos y lloramos porque nos pasa algo que nos pone mal, no importa si lo que sucede es culpa nuestra o no, cuando estamos así lo que queremos es que nos conforten, que nos hagan compañía.
No estoy de acuerdo tampoco con darle de comer o dormirle siempre en el mismo sitio a la misma hora, pienso que con eso lo que estoy es criando a un niño que va a reaccionar mal a los cambios y que le va a costar adaptarse.
Por último, señora, mi hija no es ninguna gamberra.
Por último, señora, mi hija no es ninguna gamberra.
Miranda el mes pasado tuvo las rabietas más grandes hasta ahora, imagino que influenciadas por su malestar físico. La levanté de la cama donde gritaba como loca a las dos de la mañana, despertando a todos los vecinos. La senté en el suelo y me quedé con ella, sosteniéndola firmemente y mirándole a los ojos y pidiéndole que respirara hasta que se calmaba, esto podía durar media hora. Yo siento rabia, porque soy humana, porque quiero dormir a esa hora y estoy cansada, y tal vez mi actitud podría se más amorosa, pero jamás encerraría a mi hija sola en una habitación, comenzando por la básica razón de que podría hacerse daño. Hizo varias rabietas en dos semanas, y la última fue monumental, tan grande que yo terminé sentada en una silla llorando, eso fue todo. Ella me miró con tristeza, se calmó y se acercó a consolarme, lloramos juntas y le pedí que por favor no se pusiera así de nuevo y hasta ahora no ha vuelto a pasar ¿coincidencia? no lo sé, pero yo creo que cuando tus hijos reciben amor infinito y confían en ti, no quieren verte mal.
Justo ayer, luego de cerrar el libro de esta señora, recordé uno que leí antes de quedar embarazada y que tenía un consejo muy valioso para hacer en casa cuando los padres o los hijos perdíamos la armonía, esta es la otra cara, muy valiosa si queremos que la tolerancia y la paz forme parte de nuestra familia, y de la vida de el futuro adulto que estamos criando:
"Amar significa estar realmente presente" esto es lo que dice Thích Nhất Hạnh, que para quienes no lo conocen, es un monje budista vietnamita famoso por la práctica de la respiración consciente. Uno de los consejos en su libro "Crear la verdadera paz" es el de hacer en nuestra casa una Sala de respiración.
La Sala de respiración:
"Todas las familias deberían tener una sala o espacio tranquilo donde cada miembro se puede refugiar, puede ser una pequeña habitación, un rincón de una sala o incluso un trastero vacío.
Es importante tener un espacio para recuperarse, para restaurar la paz y la estabilidad. La sala de respiración deberá ser un espacio donde todos tengan inmunidad, donde cualquier pueda estar tranquilo y protegido. Pueden instalarla de acuerdo a sus necesidades, no necesita ser budista, ni cristiana o judía. En esta sala pueden tener flores, almohadas y una pequeña campana.
Invite a sus hijos y muéstreles cómo usarla, cuando usted o su pareja estén molestos o inestables, la sala estará allí para acogerles.
Cuando alguien se refugia en esta sala, todos deben apagar el televisor y respetar las necesidades de paz y sosiego.
En la sala, practique la respiración consciente, toque la campana y sonría.
Esta es la cosa más hermosa que puede pasar en una familia, el cultivo de la paz, de la no-violencia y del amor."
Hasta aquí lo dejo, pero me encantaría que este libro estuviera en manos de muchas más personas. En Youtube hay muchos videos de Thích Nhất Hạnh subtitulados. Es como un bálsamo escucharlo, y como madre, cuando siento que tengo la "batería baja" este tipo de consejos me devuelven la fuerza.
Hace tiempo leí en algunos blogs de mamis, que tenían una caja con cosas que calman a sus pequeños, con libros, peluches y otras cosas para ayudarles en los momentos de las rabietas. Me pareció una idea genial y ahora que llegamos a esta etapa haremos una en casa, la colocaremos en nuestro "Rincón de respiración" que nuestra casa es pequeña y no podemos tener una sala entera.
Aquí les dejo estas dos opciones, es evidente que la primera no va con el espíritu de nuestra familia, ya ustedes podrán decidir cuál prefieren.
Nota: Lectura recomendada respecto al tema Tackling Distress Tantrums with Brain Research