Estuvimos tres días en Lisboa. Fue un esperado regreso por mi parte y lo disfruté muchísimo a pesar de la lluvia.
El trayecto en tren fue agotador pero a la vez divertido, solo un padre lo entendería. Mími pidió cosas TODO el camino: "quero una galleta mamá".. "quero lete mamá".."quero banana mamá"... "¿mamá?"... "¿viste mamá?".. ¿sabes mamá? mamámamámamámamá no se imaginan cómo repite ahora la palabra, la pone al final de cada frase que dice, y si ve que no le estoy prestando atención sigue hasta que le responda. Yo respiro profundo.
En fin, que me distraje. LISBOA. Llegamos y Mími se bajó contenta del tren, agarró su maleta y se dirigió al camino que tomábamos para subir a la antigua casa, y cuando le dijimos que no íbamos por allí comenzó a llorar. Se me arrugó el corazón y casi me echo a llorar también.
Dejamos las cosas en nuestra habitación de 15€ perfectamente limpia y cómoda y corrimos a comer algo antes de visitar a nuestras respectivas peluqueras. Dos horas después de haber llegado ya parecíamos gente de ciudad de nuevo.
Caminamos mucho, vimos algunas tiendas, comimos fast-food (en el pueblo eso no existe) e hicimos bastante people watching, que a mi particularmente ya me hacía mucha falta.
Todo el mundo estaba tan guapo que provocaba besarles y darles las gracias....
Pasamos un día entero en el hospital. Nos despedimos de la fisiatra de Mími que ya pronto se jubila, y estuvimos en consulta con la "alergologista". Era San Valentín así que Mími repartió caramelos de corazones que estaban deliciosos.
El sábado hicimos lo mismo que hacíamos ese día cuando vivíamos allí: Desayunamos fuera, paseamos por la Feira da Ladra (gasté 3 euros en 5 piezas de ropa) y luego fuimos al parque de Mími, ese donde aprendió a gatear, a caminar, correr y compartir.
Mími estaba radiante, me decía "¡Los amigos de Minanda mamá!" uufff.. tuve que respirar profundo de nuevo para no llorar.
Se acababa el tiempo, así que después de comernos la mejor pizza de la ciudad (soñaba con ella) nos subimos corriendo al tren de vuelta. La parte de correr le encantó a Mími.
La menina cayó rendida luego de 15 minutos en marcha, y me di el lujo de llevarla acurrucada en el pecho casi todo el camino. Como si eso fuera poco, pude ir leyendo un libro.
Lisboa, linda, encantadora, a pesar de la lluvia. Ya me hacía falta... Yo debo ser la única que va a la ciudad para recargarse y no al contrario...
Desde que estuve este verano en Lisboa solo puedo decir que I love Lisboa. Besos. Inma
ResponderEliminarYo también la amo :) la siento como casa!
Eliminar¡Qué grande está! No lo supero <3
ResponderEliminarJajajaja a veces ni yo ;)
EliminarMuero con Minanda y lo mayor que está <3
ResponderEliminarJajaja Minanda, siempre que salimos quiere volver a "casa de minanda"
EliminarSupongo que poco a poco te irá haciendo menos falta pero que leches, las que somos de ciudad lo acabamos notando y necesitamos de vez en cuando darnos un baño de multitudes.
ResponderEliminarBesos
Siiii cada dos meses ya me da baja grave de sentarme en un café/bar comer tapas, tomar algo, eso lo hacemos también en casa pero no es lo mismo, sería más entretenido con amigos pero ese tema también es complicado por aquí jiji
EliminarBesito
Jajajaja veo que entonces con Piruli y tú somos 3 que extrañamos la ciudad.
ResponderEliminarEn la última visita a Tijuana, salimos caminando del hotel a una tienda de autoservicio mi hermana y yo y respiramos el smog, disfrutamos de una sirena que sonaba a lo lejos y nos carcajeamos!!!
Hay que grabar esos sonidos, le dije y ponerlos de tono de llamada!!!
Que bonito pasearon, que tranquila me parece la ciudad de Lisboa! besos par de hermosas!
Jajaja lo peor es que aquí hay mucho ruido! los gallos, gallinas, cortan árboles, el del pan tiene una sirena, el del pescado también, LAS MOTOS aarrggg las odio, son un escándalo muy desagradable. A mi lo que más me gusta cuando vamos a la ciudad es entrar a las pocas tiendas que me gustan y ver gente interesante jaja.
EliminarBesitos