Me he vuelto a perder, aunque siempre estoy mirando. Han sido unos días difíciles en mi familia y he estado desencajada. Sin embargo con Mími no hay mucho tiempo para bajar la guardia, y aquí seguimos.
Por el grupo de facebook le comentaba a las mamás que me parecía que Mími tenía varicela, pero ahora ya no lo creo. Igual mañana tiene cita de control en el hospital, después de muchos meses, y ya lo confirmaré.
Anoche tuvimos la tercera noche mal dormida seguida de la semana. Hoy amanecí como un zombie, y Mími que también durmió muy mal (claro, ella es la patrocinante) estaba como una lechuga esta mañana a mi lado en la cama, gritando cosas que en mi sueño parecían sin sentido, y sacudiéndome un brazo hasta que finalmente fui comprendiendo lo que decía y abrí los ojos para encontrarme a pocos centímetros de mi cara su nuevo libro de pegatinas que la tiene loca.
Así me fui despertando, con una mano despegaba pegatinas para pasárselas y con la otra me agarraba fuertemente a la almohada pidiendo que se realizara mi deseo de "10 minutos más". Pero que va... a los pocos minutos vino corriendo Mími porque quería "telle, cocoyó" y me tuve que levantar. Cuando iba por el pasillo cuidando de no llevarme nada por delante ella cambió de idea y señaló gritando el estante donde guardo las pinturas ¿Pinturas mími? ¡si todavía ni mi té me he bebido!..
Pues hoy ha sido la primera vez que le "sirvo" un plato con varios colores de pintura líquida y la dejo sola en la sala con una hoja y un pincel. No hubo desastres.
Después del desayuno ya Mími llevaba un buen rato sonriéndole a "cocoyó" en la tele, y este fin de semana vio demasiadas horas de videos, así que ignoré que apenas podía arrastrar los pies de habitación a habitación y el hecho de no saber con certeza si lo que tiene es un virus o no, y me fui a la biblioteca con ella.
El camino en el tranvía fue tranquilo y dulce, Mími asomada por la ventana junto a su Mickey saludando a las personas y gritando "paya" cada vez que aparecía el río de fondo.
Después de más de tres años viviendo aquí, y de varios intentos fallidos, finalmente pisé una biblioteca lisboeta. Y nos fuimos contentas. Mími jugó con muchas actividades interesantes, leímos libros, jugamos al pic-nic y escogimos este
y este libro
para llevárnoslos a casa.
Comer y descansar, las dos cosas que más me apetecían después del también dulce y tranquilo regreso en tranvía, fueron llevadas a cabo con éxito.
Como hace ya varios días, en la hora de la merienda solo me provoca lo que peor me hace, nutella, tortas, dulces. Para no sentirme tan mal, hemos tomado media merengada de nutella y una entera de fresas con bananas, o mas bien banana split por los restos de nutella que quedaban en la licuadora... provoca ¿no?... estaba delicioso..
Ahora estamos aquí, Mími merendando como un pajarito y yo escribiendo, para despertar un poquito el cerebro. Contando las horas que faltan para ver si esta noche sí podemos dormir.