Mími, la independiente

Este día anhelado llegó sin avisar: hoy finalmente pude quedarme sentada, conversando entretenida un par de horas, mientras Mími se iba a jugar al playground, sola, relajada, divertida, despreocupada, sin pedir la mano de mamá, sin llorar o ponerse nerviosa.

Yo la veía de lejos, subiendo escalones, llegando al tobogán más alto, lanzándose. Solo una vez se cayó, se levantó, iba a correr hacia donde yo estaba pero se regresó, no fue para tanto. Yo estuve tranquila y sin duda esa tranquilidad de parte de su nerviosa madre, le inyectó una dosis extra de confianza.

Mími este verano es otra, o no, es ella, pero en otra etapa, y creo que tanto ella como nosotros lo estamos disfrutando mucho.

Este fin de semana ha jugado un montón, muchísimo, con amigas, con sus peluches, con mucha imaginación. Canta, baila, salta, se va a un banco del parque y se sienta, se sube al tobogán y se lanza, inventa nuevas maneras de colgarse de las cuerdas en el parque y hasta quiere ver a sus amigos, quiere jugar con ellos.

Hace un año ya, publicaba una entrada sobre su temor a los extraños que en realidad ni extraños eran, eran nuestros amigos, los que venían a casa. Hasta hace unos meses seguíamos casi igual. Lo aceptamos como algo de ella, simplemente no le interesaba relacionarse, le molestaba.

Yo reconozco que me preocupé de más en algún momento, todo porque sufría cada vez que llegábamos al parque y ella al ver a alguno de sus amigos se ponía tan nerviosa que teníamos que devolvernos a casa, porque simplemente no quería estar en el mismo sitio. Yo quería que disfrutara estar allí, pero evidentemente ella tenía otras ideas.

Este verano pasó algo importante en su vida, vino su tía querida, se quedó más de dos meses con nosotros, y no entendemos exactamente qué fue lo que eso le causó, pero algo hizo que le diera un "subidón" de confianza, y finalmente ha "roto un mundo"

Supongo que también todo está relacionado con la edad, con esta parte de su desarrollo, pero la verdad es que hace nada aun corría asustada cuando alguno de sus amigos del parque se le acercaba para jugar. Ahora los papeles se han intercambiado un poco.

Hoy también, al regresar del parque, por primera vez subió caminando el empinado kilómetro que separa nuestra casa de la estación, sin carrito, mochila o brazos.  En la ida al parque esta mañana iba contenta, porteando a su Mickey en el Mei Tai para muñecas que le hice hace casi un año.

Que increíble es verles crecer, pasar las etapas, desarrollarse.. recuerdo mi ansiedad cuando era una pequeñita de pocos meses y perdía ropa cada semana, tenía miedo de que creciera muy rápido, de no poder disfrutar de mi bebé estrella, de mi primera y muy probablemente última hija, pero la verdad es que estoy fascinada, me encanta estar a su lado mientras se transforma en una niña.

Estoy muy feliz de que cada vez entiende mejor todo, cada vez es más fácil comunicarnos, y cada vez le divierte y valora más cosas como comer fuera, salir a dar una vuelta o ir al parque. Me encanta.