miércoles, 1 de diciembre de 2010

Los síntomas que ignoré

Día siguiente de enterarme del positivo 
Ahora pienso en eso y me siento tonta. Aunque en realidad creo que los ignoré porque no era la primera vez que uno de mis queridos óvulos era fecundado, pero que lamentablemente debido al útero desastroso no encontraron sitio donde ubicarse y terminaron perdiendose con el siguiente período, por lo que meses anteriores ya había tenido síntomas de embarazo terminados en "bueno el próximo mes será".

*Lo primero que ignoré fueron las 4 o 5 veces que debía levantarme a hacer pipí en el trabajo. Al principio pensé que podía ser síntoma de embarazo y terminé cambiandolo por: "mi amor creo que los miomas están presionándome la vejiga más que nunca"

*Sueño, muuucho sueño. Normalmente salía del trabajo a las 2pm, llegaba a casa, le preparaba la comida a Taíshi (nuestra perra), luego nuestro almuerzo, arreglaba un poco la casa, hacía un poco de yoga o leía un libro, hasta la hora de hacer la cena o salir por ahí, las 3 semanas previas al positivo llegaba del trabajo, me sentaba en el sofá para quitarme los zapatos y ZzZzZZzZzzz me despertaba muerta de hambre a las 6pm.

*Malestar, debilidad, ganas de nada, mal humor, un poco de fiebre. Todo esto coincidió con los resultados de mis constantes chequeos de hemoglobina, que llegaron con la desmoralizante cifra de 9. Ignorando lentejas, brócolis y pastillas de hierro. Los "pequeños demonios" haciendo de las suyas.

Luego ya hubo ocasiones que ahora me hacen gracia, como el día que estábamos en una pizzería maravillosa que frecuentamos y después de comerme una cuatro quesos entera me comencé a sentir realmente mal! puse la cabeza en la mesa fría, sudando, con los brazos pesados como plomos y sin fuerzas para levantarme. Qué inocente.

El segundo día de atraso de mi período ya estaba tan paranoica, ahora si estaba sospechando, y por una razón que puede parecer absurda, pero, es una sensación muy extraña, como cuando eres pequeño y te estás quedando dormido mientras escuchas a los adultos hablar, o cuando ya eres adulto y en medio de la fiesta notas que ya no escuchas a la persona que te habla y te das cuenta de que ya no deberías tomar más. Así me sentía, todo el tiempo, como metida en una burbuja, distraída, adormilada, con una sensación extraña en mi cabeza.

Tuve una clase de yoga súper fuerte ese día, inventé un drama menstrual y no hice ninguna asana invertida, ni nada muy pesado. Qué bueno que fue así.

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