He regresado un poco lenta del camping, esta mañana fue un reto levantarme de la cama.. debe ser también por el calor, que no me gusta mucho, ya tuve suficiente para toda la vida en mi ciudad natal.
La experiencia del camping fue como la imaginé, maravillosa, súper divertida y enriquecedora para mi estrellita.
En el camino a Évora, pueblo donde queda el camping que elegimos esta vez, Mími se acomodó en mi regazo y se quedó dormida, para despertarse toda sonriente a pocos minutos del destino, emocionada con las vaquitas y ovejas que veíamos al pasar.
Cuando llegamos, vi en ella ese mismo sentimiento que yo misma sentía cuando era una niña (y todavía) y me iba de vacaciones: estaba eufórica, se subió a la cama, puso la cara en la almohada a la vez que dejó salir un "aaahhh", abrió todas las puertas, arrastró las sillas del comedor, regó sus juguetes por el suelo, sonreía feliz, ahora sí tuvo sus ¡primeras vacaciones!
Ese mismo día dejé de lado mi preocupación de que a pesar de los 34 grados que hacía afuera el agua de la piscina estuviese fría, le puse su bañador y ¡al agua!.. hasta yo, que me niego a la tortura de aguas que no estén a temperaturas caribeñas me contagié con su emoción y me metí a chapotear. Ahora no puede ver nada con más de litro y medio de agua porque casi que comienza a quitarse la ropa para lanzarse. Hasta ha comenzado a meter la cara dentro del agua de la bañera... las clases de natación le han dado mucha confianza.
Las sillas del comedor del lindo bungalow donde estábamos fueron su "parque" favorito, las arrastró hasta más no poder (qué delicioso no tener vecinos debajo) y ganó la confianza que le faltaba para lanzarse a caminar, hoy hemos ido al parque después de un par de semanas y apenas ha gateado ¡mi niña grande camina!
Por las noches estaba tan entretenida jugando que tuvimos que hacer esfuerzos extras para lograr que se durmiera, canciones repetitivas ultra aburridas, paseos en el carrito, etc.. y la primera mañana en la que amanecimos en el camping abrió los ojos y se lanzó literalmente de la cama, como loca, emocionada porque aun estaba en ese lugar divertido.
El camping tiene un pequeño parque infantil, no tan divertido como sus sillas del comedor, y además con tierra, palitos, piedritas y hojas, elementos bastante desagradables según la reacción de Miranda que cada vez que se caía saltaba como un resorte enseguida, lo cual por lo menos le dio fortaleza a sus piernas. Debemos seguir trabajando en su aversión a la tierra y al césped.
En el lugar vivía una linda gatita que de vez en cuando iba a visitarnos, Mími se volvía loca, hasta lloraba cuando la gata se marchaba, la tocó con curiosidad y la miró con mucho cariño.
También, en estos días donde podíamos hacer más ruido del que hacemos en casa, Mími se ha dedicado a bailar, sí, a bailar, a mover el culito al ritmo de cualquier sonido de percusión improvisado por sus padres valiéndose de cajas, ollas o empaques de leche vacíos, cualquier cosa es buena cuando de mover el esqueletito se trata.
La visita al centro de la ciudad de Évora fue corta, de los tres días del paseo solo le dedicamos una mañana entera, hacía calor y la tentación de una terraza y la piscina eran muy fuertes.. lo que más me agradó fue el Parque Público.
El domingo regresamos, después de hora y media arrastrándose por todo el terminal mientras esperábamos el autobús, apenas nos subimos a nuestros lugares y le puse el biberón en la boca, se quedó dormida profundamente en mi pecho, para dejarme leer feliz con el paisaje alentejano y despertarse cuando entrábamos al terminal de Lisboa.
Llegamos a casa, mamá se transforma en Robotina y no puede parar de lavar ropa y limpiar pisos y paredes, Miranda grita y salta de alegría cuando ve los primeros segundos de un capítulo de Pocoyó asomarse en la tele, no puedo esperar a desconectarnos de nuevo..
Madre mía! sí que han sido unos días muy completos. Aunque estés agotada me alegra que lo hayan pasado tan bien. Siempre valen la pena buscar esos momentos para regalárselos a los niños, al final es lo que queda en nuestros recuerdos. Un fuerte abrazo
ResponderEliminar:D han sido días diferentes! Gracias, la verdad como dices son los momentos que van haciendo nuestra historia y recuerdos. Un abrazo y buen día
ResponderEliminarJo que envidia... en el camping donde tienen mis padres una parcelita no hay piscina... aunque la playa esté cruzando la carretera yo prefiero la piscina.
ResponderEliminarQue grande está Miranda y qué feliz se la ve con la gata jejejejeje ya sabes, los reyes os tienen que traer un lindo gatito jijiji. Besitos.
Yo también la prefiero sra merengaza! sobretodo porque estoy acostumbrada a otro tipo de playas, y estas me parecen tan frías que no les veo el placer :(
ResponderEliminarEl lindo gatito puede ser de peluche? jaja
Besos :)